Cuentos De Navidad

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Cuentos de Navidad Desde lo alto de las almenas del castillo, el viejo Rey sabio por la experiencia y por los años, observaba al joven Príncipe que se ejercitaba con las armas. Combatía con auténtica violencia y a veces sus ojos reflejaban accesos de genuina atrocidad. Al Príncipe le agradaba combatir; para él era una gloria pegar, combatir. Desde lo alto del castillo el Rey suspiró. No se imaginaba de este modo a su único heredero. Lo hubiese deseado sabio y amante del estudio, respetuoso y lleno de esplendidez. En cambio, medraba soberbio y prepotente, perezoso y soez. Un día el Príncipe cabalgaba en una aldea rural. Se le aproximó un pobre, cojeando y propagando la mano lleno de esperanza. El caballo del príncipe dio un pequeño salto. El joven levantó la fusta y la descargó con saña sobre el semblante del pobre, que cayó de bruces en el polvo. Dando un grito, el Príncipe alentó al caballo y se distanció. La gente de la aldea se quejó frente al Rey que expresó su hondo desagrado y se sumergió en un silencio amargo y meditabundo. Lenguaje: De España