Recreativa E. Sedov

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Electrónica recreativa – Y también. Sedov ¿A qué se ha destinado este libro? ¿A la radio? ¿A la ubicación? ¿A la T.V.? ¿Al láser? ¿A las máquinas calculadoras electrónicas? Sobre cada una de las materias señaladas se podría redactar un libro separadamente. Más todavía, semejantes libros ya han sido escritos. Entre ellos los hay para especialistas y de divulgación, grandes y pequeños, para pupilos de primaria y estudiantes, para ingenieros y científicos, en resumen, para cualquier nivel de conocimientos y para todos y cada uno de los gustos. Aparte de la ubicación, la TV, la radiocomunicación y la técnica de cálculo, los aparatos creados por la electrónica prestan servicios en otros campos de la técnica. Es el caso, afirmemos por servirnos de un ejemplo, del planeta y la medición a distancia, el estudio de las moléculas, átomos y núcleos, de la radioastronomía, de los métodos más modernos investigación en la biología y en la medicina, de la tecnología electrónica de preparación de los metales y de la transformación de la energía térmica en eléctrica con ayuda de semiconductores. Todo esto es la electrónica, por el hecho de que todos y cada uno de los campos de la técnica tienen necesidad de aparatos electrónicos en los que actúa el ligero, incansable y siempre y en todo momento presto a ser útil, el “eterno trabajador” llamado electrón. ¿Es posible entonces exponer todo esto en un libro sobre la electrónica? Y además de esto, en forma tal que el lector no solo vea que todo esto existe en el planeta (cosa que el probablemente, y sin ayuda de nuestro libro, hace cierto tiempo que conoce), sino pueda entender los principios de la estructura y funcionamiento de diferentes aparatos electrónicos, aclarar la esencia en que se fundamentan sus métodos y también ideas. Debemos reconocer que redactar un libro sobre la electrónica que abarcara todos aquellos campos de la técnica en los que esta ya echó sus profundas raíces, no fue una labor simple. Fue preciso escoger únicamente aquellos campos de aplicación, fenómenos y procesos sin los que hubiese sido imposible conseguir un auténtico adelanto. La descripción sobre el comportamiento de los electrones fue preciso traducirla del idioma de las ecuaciones, diagramas y fórmulas a un idioma entendible para todos. Sin embargo, pese a las divergencias entre el creador y el articulista, en nuestro libro han sido expuestas ciertas fórmulas y curvas elegidas de ciertos trabajos monográficos, como de trabajos singulares. Naturalmente, fueron tomadas todas y cada una de las medidas para hacerlas digeribles. Por esta razón, brotó la necesidad de introducirse en profundos argumentos y meditaciones, o bien apelar a la busca de analogías y ejemplos de la vida. Mas todo esto sirve como una enclenque justificación frente a los ojos de aquellos lectores que preferirían entender la electrónica sin precisar ecuaciones ni curvas. ¿Mas no va a ser demasiado aproximada esta representación? Exactamente las curvas y ecuaciones son el lenguaje singular de la electrónica y es poco aconsejable pasarlo por alto. Hace ya un tiempo fue establecido que no es posible estudiar las costumbres, el carácter y la cultura de cualquier pueblo, ignorando su idioma. La estructura del libro es inusual. Las ideas indispensables para la entendimiento de la esencia de la electrónica, se exponen con ayuda de dibujos y texto bajo la rúbrica general: “Esto sirve de base”. Estas partes se alternan con unos breves resúmenes en los que se describen como nacieron las ideas, los elementos, los aparatos, de que se derivan y a que conducen. Nosotros suponemos que esta predisposición de las diferentes unas partes del libro va a ayudar al lector que se adentra por vez primera en el planeta de la electrónica a, por un lado, digerir, sin sacrificios, como es su base, y por otra, a conseguir una idea completa en lo concerniente a la electrónica como campo independiente de la ciencia y la técnica modernas. Este campo tiene su lógica interna, en cuyo núcleo van entrelazados una multitud de aplicaciones, métodos y también ideas. La propia denominación “electrónica” realmente afirma mucho: el electrón es el órgano vital de los aparatos electrónicos. Exactamente por él comenzaremos nuestro libro