Atlantida Greg Donegan

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Atlantida Greg DoneganEstaba muy avanzado el primer mes de la estación de las lluvias, y todavía no había caído una gota. La preocupación de la primera semana había dado paso al temor en la cuarta. Conforme descendía el nivel del agua en el profundo foso, se desgastaba la determinación de los habitantes de la capital.La ansiedad se extendía como una enfermedad, de persona a persona y de madre a hijo. Habían tardado quinientos años en edificar la urbe, y su riqueza, sus recuerdos y las tumbas de diez generaciones de ancestros estaban protegidos por sus defensas acuáticas. Era la urbe más avanzada y bella de la faz de la Tierra. Miles y miles de quilómetros al oeste, en la Urbe Eterna, Carlomagno era coronado emperador del Sagrado Imperio Romano en la Urbe Eterna. No obstante, en comparación con este sitio situado en lo más profundo de la selva del Sureste asiático, hasta Roma parecía pequeña. Era el centro de un imperio que limitaba al sur con los imperios de Srivijaya, en Sumatra, y Sailendra, en Java. Al noreste, en China, regía la dinastía Tang, al tiempo que al oeste, en Oriente Medio, subía la marea del islam