El Mundo Del Objeto A La Luz Del Surrealismo

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El planeta del objeto a la luz del surrealismo JuanEduardo CirlotEn opinión de JuanEduardo Cirlot, la clasificación que se puede dar de los objetos es la siguiente:Objetos reales.Objetos ideales.Objetos cuyo ser consiste en el servir.Objetos metafísicos (unificación del resto conjuntos).El objetivo del libro es buscar la esencia del objeto, a la par que se examina como se ha estudiado en las distintas tendencias artísticas. Que el objeto hable por sí solo, en suma. Como telón de fondo, una nueva ciencia: la patafísica; disciplina que se apoya en la intuición, en la irracionalidad de la cosa en sí y en el amor.Los dadaístas, por servirnos de un ejemplo, se esmeraron por hacer aparecer ese lado ordinariamente invisible del objeto y de ahí que en el dadaísmo está el juego del objeto, el sujeto y un tercer orden oculto: la surrealidad. Marcel Duchamp con sus objetos readymade y otros es su mayor representante. A su juicio, la simple elección de un objeto ya equivalía a la creación. ¿Cuáles eran las pretensiones de Duchamp?, se pregunta JuanEduardo Cirlot y esto es lo que responde:Desorientar a los públicos.Probar la relevancia intrínseca de los objetos.Sugerir inauditas relaciones entre el objeto y el sujeto (simbolismo).El surrealismo, por su lado,tiende a provocar una revolución total del objeto. Prácticamente todos los objetos de la práctica surrealista tienen en común la inutilidad práctica, su aspecto turbador y extraño, la arbitrariedad, contradicción y heterogeneidad de los elementos que lo forman. El mérito del surrealismo ha sido saber resaltar la existencia del objeto. Las buscas surrealistas, al estimar revolucionar el sentido del objeto, intentan ante todo el desplazamiento; arrancar la cosa de su dirección racional (simbolista o bien utilitaria) para determinar de esta forma el surgimiento de la irracionalidad pura del objeto. Lo terrorífico de la rebelión del objeto se encuentra en su silencio y en su inmovilidad. En cualquier caso, tanto los dadaístas como los surrealistas supieron reflejar la queja del objeto