El Necronomicon Al Azif

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El Necronomicon – Al AzifHoward Phillips Lovecraft mentó por primera vez al Necronomicon en el año mil novecientos veintidos. La posibilidad de la existencia de lo que se presentaba como genuina guía al feudo de los fallecidos provocó inmediatamente un enorme interés en el mundo entero. Los libreros se vieron asediados por montones de pedidos, al paso que los anticuarios se lanzaron a la busca febril de la enigmática obra. Desde entonces se produjo una viva polémica entre los partidarios de S.T. Joshi, de la Miskatonic University, en cuya opinión el Necronomicon no existió nunca. atribuyendo la obra a Lovecraft mismo, y aquellos estudiosos de los conocimientos ocultos que estaban persuadidos de la autenticidad del libro de los nombres fallecidos. En un texto publicado en mil novecientos treinta y ocho por Wilson H. Shepherd en The Rebel Press, Oakman (Alabama), H.P. Lovecraft resume la historia del Necronomicon. Apostilla allá que el titulo original era Al Azif, siendo Azif el término empleado por los árabes para designar el rumor nocturno producido por los insectos y que se suponía era el murmullo de los diablos. La obra fue compuesta por Abdul alHazred, un versista orate de Sana, en el Yemen, que habría vivido en la temporada de los Omeyas, cara por año setecientos Este versista visitó las ruinas de Babilonia y los subterráneos secretos de Menfis, y pasó diez años en la soledad del gran desierto que cubre el sur de Arabia, el Rub al Khali o bien «espacio vacío» de los viejos y el Dahna o bien «desierto escarlata» de los árabes modernos. Diríase que este desierto está habitado por espíritus que resguardan el mal y por monstruos de muerte