Aguardada con auténtica expectación en Alemania, la trilogía Esferas es, indudablemente, el opus magnum de Peter Sloterdijk. Esferas empieza convocando los sentidos, las sensaciones y el comprensión de lo cercano; aquello que la filosofía acostumbra a pasar por alto: el espacio vivido y vivenciado. La experiencia del espacio siempre y en toda circunstancia es la experiencia primaria del existir. Siempre y en todo momento vivimos en espacios, en esferas, en atmosferas. Desde la primera esfera en la que estamos inmersos, con "la clausura en la madre", todos y cada uno de los espacios de vida humanos no son sino más bien reminiscencias de esa caverna original siempre y en toda circunstancia añorada de la primera esfera humana. Sloterdijk examina la conexión entre crisis vitales y los intentos fracasados de conformar espacios habitables; examina las catástrofes, cuando revienta una esfera, como sucedió con el giro copernicano, que hizo saltar las cubiertas imaginarias del cielo en el que habían vivido a lo largo de siglos los humanos. Asimismo la Modernidad empieza con una nueva experiencia del espacio, con el horror que le genera a Pascal "el silencio eterno de los espacios infinitos". Con gran talento literario, erudición y brillantez, Sloterdijk desarrolla un nuevo género de fenomenología y ontogénesis de los espacios humanos, repasando sus arriesgados vericuetos por el imaginario de la historia, el arte, la literatura, la música pop, la mitología, la patrística, la medicina magnetopática, la sicología analítica, la mística, la filosofía... Si Heidegger había comenzado la busca de un lenguaje para el espacio vivido, como afirma Safranski, "no es exagerado decir que Sloterdijk ha elevado a un nivel totalmente nuevo la filosofía de la coexistencia en el espacio común" de la amedrentad a las macrosferas sociales