Corre el año mil novecientos cincuenta. Teresa, una de España que termina de terminar su carrera, llega a Gray House una vivienda londinense para licenciadas universitarias. A cambio de asistir en la cocina, Teresa va a tener alojamiento gratis y la posibilidad de mejorar su inglés y de conocer a un conjunto de mujeres de diferentes clases sociales y nacionalidades que le van a dar una visión más rica y profunda del planeta que le circunda. "52 años después, me resulta bastante difícil opinar que un viaje a Londres pudiera representar tanto para mí y para los que me rodeaban. El día de hoy no podría imaginar un viaje que sorprendiese más", escribe Josefina Aldecoa en su libro de memorias En la distancia (dos mil cuatro), donde la escritora recoge el episodio de su vida que va a dar pie a esta novela, La Casa Gris, y que no es otro que el largo verano de mil novecientos cincuenta vivido en Crosby Hall, una conocida vivienda de mujeres universitarias postgraduadas y profesionales de diferentes especialidades, fundada en mil novecientos veintisiete y ubicada en el aristocrático y muy literario distrito de Chelsea. En aquella histórica mansión, Josefina Aldecoa trabajó de mayo a octubre, reemplazando al personal de la vivienda en labores no cualificadas, como asistir en los turnos de comedor, de cocina o bien de habitaciones, a lo largo de las vacaciones de verano de las empleadas fijas. Para la joven de España, aquel fue un viaje a la libertad y a la cultura, y un viaje a una urbe soñada desde la adolescencia. Escrita cuando la autora tenía veinticuatro años (mil novecientos cincuenta) la cuestión es que el manuscrito fue a parar a un cajón hasta el momento en que su hija lo halló en un cuarto trastero y se publicó en dos mil cinco