La Confianza. Desarrollo personal y laboral La confianza es esencial en la vida de los humanos. Se forja desde la niñez y se debe cultivar a través de siempre. Es imprescindible en las relaciones de todo género, desde las personales hasta las laborales. Seguidamente, se presentará el tema de la confianza, empezando con su definición, desarrollo de la confianza en sí, en el resto, en las relaciones y en la compañía, entre otros muchos. La confianza Conforme el Diccionario de la RAE, la confianza es la esperanza firme que se tiene de alguien o bien algo. La confianza es la seguridad que se alcanza sobre las propias capacidades y cualidades. Se establece en la persona conforme verifica su destreza en las labores efectuadas y consigue la habilidad para preservar relaciones de calidad con el resto. Es un sentimiento que se produce dentro de la persona. A lo largo de la infancia, es preciso que el ambiente y en especial los progenitores, aporten seguridad, atención y cariño. Más adelante y a lo largo de siempre, si bien se necesite ser escuchado, respetado y valorado, se debe tener muy presente que la confianza se debe trabajar personalmente. Para conseguir esto, las personas deben actuar y formalizar relaciones bajo la premisa de tener paciencia y valorar las propias acciones, no con el propósito de juzgarlas, sino más bien con el objetivo de probar capacidades y conocer restricciones. Confianza en sí Para poder sentir que los otros creen en , ha de ser el primero en saberse valioso. Es imposible opinar que el resto confían en , si mismo no lo hace, puesto que la confianza jamás viene de afuera. Si la persona no tiene un equilibrio interno, creerá que el apoyo, el aplauso o bien la admiración que se le ofrece son, sencillamente, para animarle, por cortesía o bien, en la mayor parte de las ocasiones, pues no lo conocen verdaderamente. Esto sucede por el hecho de que la mayor parte de los humanos hacen sus labores con la mirada puesta en el resto, aguardando su aprobación, sin una seguridad interior. Al carecer de una guía personal que los oriente en la consecución de sus metas o bien del proyecto de su vida, el ahínco que deben efectuar es considerablemente mayor, y lejos de fortalecer sus habilidades, desgasta y destroza la confianza en sí, y con esto la autoestima. ¿Por qué razón? Por el hecho de que para contar con una buena autoestima se ha de estar persuadido de que se es capaz para la vida que se ha escogido llevar. Quien no disfruta de confianza en sí, aplaza las resoluciones, da largas a los temas pendientes, va dejando cosas sin hacer por el camino y sostiene una actitud de sopor. Con todo esto, no logra sino más bien afirmar que, efectivamente, es una persona en quien no se puede confiar. Falta de Confianza La confianza ha de estar apoyada en el conocimiento personal, el que ha de ser plenamente franco sobre las posibilidades y restricciones de la persona, de manera que al emprender una labor o bien empezar relaciones interpersonales, va a poder manejar las esperanzas para lograr éxitos y no amontonar descalabros en concepto de cantidad y de calidad. Si la persona no ha sido sincera y falla, tenderá a devaluarse, a sentirse menos que el resto de la gente y a meditar que sus creencias no son tan esenciales ni interesantes como las del resto. En suma, que no es una persona atrayente ni digna de tener en cuenta. Sostendrá entonces pocas esperanzas, muchos silencios y un lenguaje no afirmativo. Ni solicitará ni demandará, pasando a ser una persona dependiente y dando autoridad sobre su vida a todos aquellos a quienes considere superiores. Una señal para saber que la confianza está vulnerada es examinar las dudas. Aparecen dudas sobre de qué manera actuar, qué hacer, sobre el resto y su honradez, puesto que si se desconfía de uno mismo, se es desconfiado con los otros, lo que conduce a una visión negativa de todo y de todos. Se transformará en una persona tensa y con tendencia a supervisar las relaciones sociales, que además de esto desconfía de la afabilidad gratis del resto. La carencia de confianza hace que se acepten, temerariamente, o bien no se acepten los peligros y contrariedades del suceder rutinario, con lo que se marcha dejando de aprender, de probar y en suma, de vivir la vida. Relaciones de Confianza Aunque la confianza nace dentro de cada persona; su desarrollo y desarrollo está muy ligado a las relaciones con el resto y a las contestaciones que se consiguen en tales relaciones. Por consiguiente, es asimismo una responsabilidad elegir y sostener buenas relaciones y separarse de las que desgastan la confianza y, en consecuencia, la autoestima. A fin de que exista una relación es imprescindible que exista confianza, por tanto, es responsabilidad de cada persona cobijar una buena confianza como punto de arranque y garantía de la buena salud de sus relaciones. Esto le dejará salir de sí, abandonarse en los otros y enseñar su vulnerabilidad. Un ejercicio obligatorio a fin de que las relaciones cariñosas, familiares o bien fraternales sean un auténtico encuentro sereno y cómodo, que permitan un enriquecimiento personal, dejando vivir en equilibrio, armonía y autenticidad