La Estetica Como Ideologia Terry Eagleton

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La Estetica Como Ideología Terry EagletonLejos de ser una historia de la estética al empleo, este exorbitante libro de Terry Eagleton debería comprenderse como una especial genealogía de la idea de lo estético, una concluyentes regresión a sus orígenes, un recorrido extremo desde el siglo de las Luces a la era del neón, desde las esperanzas burguesas a las ilusiones posmodernas. ¿Por qué razón la esfera de lo estético se concibió en la Era Moderna no como un campo de acción opuesto a la razón, sino más bien como su suplemento preciso? ¿Qué escondía la idea de un género de experiencia que no representaba un mero equivalente de la razón política, sino más bien prácticamente su presupuesto? La ambivalencia esencial brotó conforme pasó el tiempo: la idea de lo estético, como la de cultura, dejaba imaginar una concepción universal de lo humano, un campo donde la libertad y la necesidad, la autoafirmación y la ley, la diferencia y la regla, parecían reconciliarse idealmente. Desde muchos puntos de vista, el culto a lo estético acababa una historia, la de la gloriosa filosofía idealista y la de una burguesía en su auge, mas asimismo marcaba el principio de una decadencia al tornarse síntoma del malestar de una cultura que transformaba lo estético en sucedáneo o bien substituto de la política. Durante un meticuloso y refulgente análisis de las genialidades y también incertidumbres de Baumgarten, Schiller, Kant, Schopenhauer, Kierkegaard, Hegel, Marx, Nietzsche, Freud, Ornamento, Benjamin, Heidegger, e incluso de las ases posmodernas, Eagleton contrapone las desmedidas aspiraciones del pensamiento con las contradicciones de una sociedad que acumula no solo documentos de cultura y de barbarie, sino más bien asimismo de cinismo. Como Fredric Jameson proclamó de esta obra: «Que la teoría moderna terminaría remontándose a sus orígenes, hasta las grandes contradicciones de la estética filosófica, era algo predecible […], mas absolutamente nadie podía aguardar una confrontación con toda la historia de ese alegato como la de Eagleton»