Cuenta la historia de una campesina rusa, Pelagia (famosa como "la madre"), personaje con el que Gorki pretende simbolizar el despertar del pueblo ruso a la realidad socialista, atacando al mismo tiempo las instituciones del zarismo (gobierno, iglesia, judicatura, policía, ejército. Por tales razones, la novela fue en un inicio prohibida por la censura rusa. La novela arranca con el fallecimiento del marido de Pelagia, un hombre atroz que la torturó física y anímicamente a lo largo de los años que duró su matrimonio. Fruto del mismo, Pelagia tiene un hijo, Pavel, cuyo carácter se marcha tornando poco a poco más reservado. La madre no conseguirá explicación de este cambio de comportamiento hasta el momento en que un día Pavel decide festejar una asamblea con ciertos de sus compañeros en su hogar. En esa asamblea, la madre va a tomar conocimiento de las inclinaciones políticas de su hijo, líder socialista en la factoría en la que trabaja, y va a conocer a quienes componen su círculo más íntimo. En el trascurso de la historia, el lector puede estimar el cambio de actitud de la madre cara la actividad política. En un primer instante, su reacción es de rechazo, un rechazo que tiene su origen en el temor que ha venido arrastrando durante su vida. No obstante, poquito a poco se marcha implicando en las asambleas de su hijo con sus compañeros de partido, a los que termina tratando y considerando tal y como si fuesen sus hijos (quien prosigue la historia termina comprendiendo que Pelagia no es solo la madre de Pavel, sino más bien asimismo de sus compañeros, de toda la causa que defienden)su relación con personajes como Andrés, Natacha o bien Rybin cada vez es más angosta. A consecuencia de sus actividades políticas, Pavel es detenido por la policía zarista. Desde ese instante, Pelagia deja de portarse como una pura espectadora, y empieza a cooperar activamente en las actividades del partido, llevando panfletos a la factoría de su hijo, transportando periódicos ilegales a las zonas rurales o bien transmitiendo a campesinos y trabajadores la ideología socialista aprendida de su hijo, a la que da un tinte religioso: desde su opinión, religión y socialismo defienden el reinado de las clases humildes. Por último, Pavel y sus cooperadores son declarados culpables y mandados a Siberia en un juicio amañado. Al poco tiempo, y cuando la madre se dispone a transportar nuevamente documentación política ilegal, entiende que ha sido seguida por un espía zarista, siendo detenida y fuertemente golpeada (al proteger en frente de aquellos que la rodean sus recién adquiridas situaciones políticas en el instante de su detención). Gorki cierra en falso la novela al no aclarar al lector el destino final de la madre