La Tierra Nuestro Planeta Leon Bertin

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La tierra: Nuestro planeta – León Bertin Desde los tiempos más recónditos, la Humanidad se viene preguntando que es, realmente, el Globo en el que viaja por el Cosmos, cuál es su historia y, sobre todo, de qué manera llegó o bien adquirir la facies con que se nos presenta en nuestros días. En paralelo a esa avidez de saber, y en su deSeo de arrancarle secreto Iras secreto, fue tomando cuerpo la ciencia que el día de hoy conocemos con el nombre de Geología, es decir. Tratado de la Tierra. Mas conforme se amontonaban los conocimientos sobre exactamente la misma, imponíase una y otra ver, la necesidad de segregar nuevas ramas que, aunque continuaban adheridas al leño común v derivaban del mismo, iban medrando ron independencia y especialización absolutas. Kilogramo, unido al hecho de que la Ciencia no es estática, sino, al contrario, avanza y corrige sin cesar, a la luz de los nuevos descubrimientos o bien interpretaciones de los hechos de toda Clase, ha transformado a la Geología en una de las ciencias más complejas y diversificadas. Y este fue exactamente el inconveniente que se nos propuso en el momento en que nos planteamos editar un libro de Geología destinado al lector de habla hispana. Conforme con su concepción y de­sarrollo, podría tener solamente interés para el especialista o bien para el enorme público. Resultaba bastante difícil hallar el punto medio que conciliara las dos demandas, en tanto que perma­necía inalterable nuestro deSeo inicial: ofrecer una obra estrictamente científica, si bien de exposición entretenida y fácil al unísono, que pudiese prestar un servicio tanto al ya comenzado en la materia como al curioso inquieto, ávido d saber. Destinada la obra al público de España y también sudamericano, era indispensable que este en­contrara en ella citas de ciertos accidentes de su país, de sus montes y vales, de sus glaciares y sus ríos, de sus barrancos y playas… El interés despertado debía ser tanto más vivo y formativo cuanto más accesible resultara contrastarlo sobre el terreno. Para esto había que aportarle ejemplos que conociese o bien que le fuera posible conocer en el futuro