1q84 (libros 1 2 Y 3) Haruki Murakami

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En nipón, la letra Q y el número nueve son homófonos, los 2 se pronuncian kyu, de forma que 1Q84 es, sin serlo, mil novecientos ochenta y cuatro, una data de ecos orwellianos. Esa alteración en la grafía refleja la sutil perturbación del planeta en que habitan los personajes de esta novela, que es, asimismo sin serlo, el el país nipón de mil novecientos ochenta y cuatro. En ese planeta en apariencia normal y identificable se mueven Aomame, una mujer independiente, instructora en un gimnasio, y Tengo, un maestro de matemáticas. Los dos rondan los treinta años, los dos llevan vidas solitarias y los dos perciben a su modo leves desajustes en su ambiente, que los van a conducir de forma implacable a un destino común. Y los dos son más de lo que parecen: la hermosa Aomame es una asesina; el insulso Tengo, un aspirante a prosista al que su editor ha encargado un trabajo relacionado con La crisálida del aire, una misteriosa obra dictada por una sortea adolescente. Y, como telón de fondo de la historia, el cosmos de las sectas religiosas, el maltrato y la corrupción, un cosmos enrarecido que el narrador hurga con precisión orwelliana. En el tercer libro se aúna a las voces de Aomame la misteriosa instructora de gimnasia y asesina y de Tengo el maestro de matemáticas y escritor, la de un nuevo personaje, un detective llamado Ushikawa. Su última misión, encargada por Vanguardia, el enigmático culto religioso, consistió en revisar si Aomame era digna de confianza para trabajar para el líder. Ushikawa dío el visto bueno a la joven, mas esta los traicionó a todos, cometió un nuevo asesinato y después desapareció. Si el detective no consigue hallarla, la venganza de la secta se abatirá sobre él. Mientras tanto, Aomame y Tengo, cada uno de ellos a su modo, prosiguen deseándose en la ausencia, buscándose en el más puro estilo de Murakami prácticamente sin moverse de su lugar, apartados, tal vez a puntito de probar un giro radical en sus vidas y aguardando un rencuentro que los redima... en el planeta de mil novecientos ochenta y cuatro, o bien en el de 1Q84, ese fantasmagórico cosmos con 2 lunas