Este nuevo y provocador libro de José Pablo Feinmann ubica el poder mediático, el poder de los medios, en el centro de nuestro tiempo globalizado que idiotiza las conciencias. Partiendo de la consigna "Hizo más Bill Gates que Descartes por la centralización del sujeto", relata una situación preapocalíptica que se proyecta en el siglo veintiuno, en la que las subjetividades son colonizadas. El capitalismo ha efectuado una revolución que se expresa arriesgadamente por medio del imperio bélico de Norteamérica, al tiempo que se lanza sobre el planeta con su inteligente utilización delentertainmentidiotizante mas jubiloso. El factor terrorífico que se agrega es el poder de Internet como elemento de sumisión: un medio que se atisbó como herramienta de liberación se ha transformado en una agencia de control sutil desde cualquier sitio recóndito del planeta. Monopolizar la información es la utopia de todo poder mediático, y esto ya ha sido hecho, afirma Feinmann. Las voces opciones alternativas son pequeñas: penetrar la red de esa dificultad es su objetivo. En este libro refulgente, un ensayo autónomo recreará a los lectores: la culocracia. El culoidiotizante aparece como esencial al espíritu de dominación del capitalismo modelo siglo veintiuno, el de los massmedia desbocados. Y ahí entran el cosmos revulsivo de Tinelli y el del Cavaliere Berlusconi. Para cerrar con los denunciantes Assange y Snowden que acusan al Big Brother de Internet en un planeta de espías. Feinmann capta con sensibilidad singular una temporada compleja urdida por zonas grises en un libro desafiante y endiablado. Sin temerle a la autoironía o bien autoparodia, no deja de adscribir un peso esencial al rol simbólico del escritor como intelectual que da testimonio de la experiencia de un país y de un planeta, proporcionando con esto a esa experiencia una identidad pública