trescientos sesenta y cinco días con la muchacha de Los Planetas Holden Centeno En esta segunda una parte de La chavala de Los Planetas, Holden Centeno narra de qué manera ha reaccionado la muchacha a la publicación del libro, de qué manera ha evolucionado su relación, mas asimismo habla de otros muchos temas esenciales como el azar, la muerte la música o bien la literatura. «Tengo heridas en las manos de no tocarte y de escribirte tanto». Tras un año vuelvo para cerrar el círculo. trescientos sesenta y cinco días, ocho mil setecientos sesenta horas, muchos cientos de miles de minutos para contarte y solo unas cuántasde papel. Quizás sea imposible concentrar nuestra historia en unas hojas, mas es el único sitio en el que te encuentro siempre y en toda circunstancia. Acá está el punto y seguido que es asimismo en nuestro caso el punto final. La última gota de tinta que verterán mis venas donde ahora me pregunto si verdaderamente fuimos una enorme casualidad, un azar nuevo, está en este libro. Ábrelo y después no va a hacer falta que nos afirmemos nada. trescientos sesenta y cinco días con la muchacha de Los Planetas es la cara B de la historia de Holden Centeno con la muchacha de Los Planetas. En estasHolden vuelve a la trasparencia narrativa de la primera una parte de la historia y nos descubre pasito a pasito las emociones, sentimientos y experiencias que ha traído consigo lapublicación de su historia de amor: el nacimiento del weblog, la idea del libro, la publicación… Mas sobre todo de qué forma , a causa de todo esto, ha vuelto a formar parte de su cosmos. O bien no. «La gente piensa que me merezco estar con ella mas no llevan razón. Eso es una chorrada. Absolutamente nadie se merece nada cuando hablamos de personas. El que lucha por alguien, el que ama sin condición, lo hace sin aguardar nada a cambio, por el hecho de que si haces todos esos actos creyéndote el mejor y con derecho a alguna cosa, vas por muy mal camino. Las personas no se merecen. Conectan y punto. Viven, luchan, se matan y vuelven a vivir pues son capaces de quitarse esas balas que se han disparado mutuamente. Todos hemos disparado alguna vez contra otra persona sin razón alguna y después hemos sido capaces de dar las armas y sanar las heridas»