Por la una parte de Swann (que se estructura en 3 partes que comienzan los caminos de gloria de una narración sobre los celos, el amor, la ruindad y la marginación), apertura de A la busca del tiempo perdido, es tiempo ganado para cualquier lector que lo sea de verdad. Tiempo ganado, indispensable y "recuperado" desde su primera línea, ese en apariencia insípido "Me he recostado temprano, hace mucho". Una magdalena, una loseta, un recuerdo de un beso no dado, amores extraños y propios de un narrador que se incrimina siempre y en toda circunstancia a sí mismo para por fin poder descubrirse... Y las puertas del averno quedan abiertas completamente. A la sombra de las muchachas en flor nos relata con ese estilo espléndido, el primer gran amor de Proust, Gilberta Swann, a la que conocíamos del primer volumen. Mas como todo se termina diluyendo, e inclusive las pasiones más fuertes rara vez resisten el correr del tiempo y las prácticamente siempre y en toda circunstancia absurdas acciones humanas, al final (o bien eso semeja) de esta relación le proseguirán unos meses en el balneario de Balbec, donde va a conocer a las muchachas en flor que anuncia el título. Al introducir la conciencia de su Narrador en A la busca del tiempo perdido, Marcel Proust efectúa una revolución en la literatura del siglo veinte y se transforma, conjuntamente con James Joyce y Franz Kafka, en el escritor más esencial de los 100 últimos años. A la busca del tiempo perdido no es novela de una sola faceta, sino más bien de muchas: sobre unos puntos de partida parcialmente autobiográficos, Proust logra una narración iniciática, la pintura crítica de una sociedad, una novela sicológica, una obra simbólica, el análisis de inclinaciones sexuales hasta ese momento prohibidas, una reflexión sobre la literatura y la creación artística. Hecha desde las recientes ediciones francesas que suponen una revolución respecto de las precedentes, esta nueva traducción es la primera efectuada por un solo traductor, Mauro Armiño; acompañan a la edición 3 diccionarios que dejan al lector un contacto inmediato con el planeta de Proust, con los lugares de la trama y los personajes de las 7 partes que, en 3 volúmenes, forman esta edición de A la busca del tiempo perdido. Una nutrida anotación y resúmenes que sirven de guía para la ubicación de escenas, capítulos y pasajes completan esta edición