Tras su publicación en mil novecientos noventa y dos, esta obra se transformó en la primera en acotar y describir las relaciones de abuso verbal entre adultos. Si bien muchas de las relaciones de abuso verbal no llegan por fuerza a la violencia física, hay un buen número que sí lo hace. La injuria antecede al primer percance de violencia y, está siempre y en toda circunstancia presente en una relación beligerante. No cabe duda de esto. Ningún hombre se vivirá con una mujer y inmediatamente empieza a golpearla; ya antes la despreciará, ignorará sus sentimientos y la vejará. Entender la activa de estas relaciones y ofrecer tratamiento a las dos partes pueden ser los primeros pasos para reducir una forma no reconocida de la violencia en el planeta. Pese a que los hombres son más reticentes que las mujeres a descubrir sus experiencias, resulta evidente que la violencia verbal de la misma manera que la agresión física en una relación de pareja, es un inconveniente de género. Esta diferencia entre los géneros se ha desarrollado durante los siglos de muchas formas diferentes. Una consecuencia general y obvia es que considerablemente más hombres que mujeres han sido animados a opinar, de diferentes formas, que dominar a otro adulto en una relación es una conducta admisible. La creencia de que ejercer ese dominio está bien es muy destructora. La injuria y la agresión se generan en ese contexto. Por contra, poquísimas mujeres han sido animadas por los mensajes culturales a dominar a su pareja. De cualquier modo, la idea de que la dominación es admisible, carece de sentido. Las personas deben hacerse cargo de sí esto significa ser responsable y desarrollar desde la infancia a la edad adulta la capacidad de regirse internamente, ser fieles de este modo mismas y aprender a no depender de otras personas. Por suerte hay un cambio en las actitudes de hombres y mujeres, que entienden que la violencia verbal no solo daña a la pareja sino más bien asimismo a la familia y, finalmente, a la sociedad en conjunto. Está claro que nuestra cultura se está volviendo poco a poco más intolerante cara la violencia de cualquier clase. Hace apenas una generación, el acoso y la agresión cara las mujeres ni tan siquiera se reconocían como actos que pudiesen ser castigados judicialmente. ¿Por qué razón? Exactamente pues eran ataques contra las mujeres. Evidentemente, cada uno de ellos de nosotros puede ver el inconveniente de forma diferente y darle un nombre diferente. Nuestro nombre para este inconveniente es "patriarcado". En el capítulo "Sobre la terapia y para los terapeutas" se trata el tema de la terapia y el patriarcado. Ha sido elaborado para servir de apoyo a los terapeutas y a todos y cada uno de los lectores que deban vérselas con el inconveniente del abuso verbal. "Los pequeños y el abuso verbal" se refiere a las inquietudes de los progenitores separados que precisan sostener su vida y sus actividades alejadas del precedente cónyuge, y al tiempo desean que sus hijos se críen en un entorno armonioso