Agroenergía, Mitos y también Impactos en Latinoamérica Recientes estudios sobre los impactos ocasionados por los comburentes fósiles han contribuido para poner el tema de los agrocombustibles en el orden del día. En la actualidad, la matriz energética mundial está compuesta por petróleo (treinta y cinco por ciento ), lignito (veintitres por ciento ) y gas natural (veintiuno por ciento ). Diez de los países más ricos, solos, consumen cerca del ochenta por ciento de la energía producida en el planeta. Entre estos, los E.U. generan el veinticinco por ciento de la polución atmosférica. Brasil es el cuarto país del planeta que más emite gas carbónico cara la atmosfera. Esto ocurre eminentemente a consecuencia de la destrucción de la selva amazónica, que representa el ochenta por ciento de las emisiones de carbono del país. La expansión de monocultivos para la producción de Agroenergía tiende a ahondar este inconveniente, ejercitando una presión cada vez mayor sobre la frontera agrícola de la Amazonia y del cerrado brasileiro. Brasil es prácticamente independiente en producción de energía. En consecuencia, la expansión de la producción de agrocombustibles tiene como propósito central atender la demanda de otros países, lo que puede apresurar el calentamiento global en vez de contribuir para la preservación del planeta. La aceleración del calentamiento global es un hecho que pone bajo riesgo la vida del planeta. No obstante, hay que desmistificar la primordial solución señalada en la actualidad, difundida mediante la publicidad sobre los supuestos beneficios de los agrocombustibles. El término de energía “renovable” ha de ser discutido desde una visión más extensa que considere los efectos negativos de estas fuentes. Aprovechándose de la lícita preocupación de la opinión pública internacional a raíz del calentamiento global, grandes empresas agrícolas, de biotecnología, petroleras y automotrices se percatan de que los agrocombustibles representan una fuente esencial de ganancias. Idioma: De España