Aprender a Emprender. De qué forma enseñar el talento emprendedor Lo mejor de los viajes es lo de ya antes y lo de después. Maurice Maeterlinck (dieciocho millones seiscientos veinti mil novecientos cuarenta y nueve). Escritor belga. Los viajes son los viajantes. Lo que vemos no es lo que vemos, sino más bien lo que somos. Fernando Pessoa (dieciocho millones ochocientos ochenta y mil novecientos treinta y cinco). Versista portugués. Nos marchamos de viaje… Es una experiencia próxima que todos vivimos en al­gún instante de nuestra vida. Los pequeños de todas y cada una de las edades pasan con mayor o bien menor tensión un instante semejante… Preparación, nervios, dudas, tensión, ilusión,… un coctel de emociones y acciones que nos abruman, en dependencia de su relevancia. Preparar el viaje supone lidiar con todas y cada una estas emociones y efectuar una planificación, porque… ¿qué es un viaje sino más bien un proyecto? Y como tal lo abordamos, aproximadamente organizadamente. Primeramente soñamos el destino, profundizamos en el motivo que nos lleva a emprenderlo, pues no es exactamente lo mismo viajar solo que en familia, o bien con amigos. No es exactamente lo mismo, un viaje para reposar y relajarnos que un viaje para vivir aventuras, un sinfín de posibilidades que hay que explorar. Delimitar el motivo y los objetivos del viaje, de una forma aproximadamente explícita, es preciso para poder efectuar un buen diseño del mismo. Y naturalmente, los medios con los que contamos, el presupuesto del que disponemos, a quién podemos solicitar ayuda o bien asesoramiento, son factores clave en el proceso. Con todos estos ingredientes nos ponemos en marcha, diseñamos recorrido, visitas, actividades, escogemos alojamiento,… Y ¡nos marchamos de excursión!… Y a la vuelta, de manera consciente o bien no, vamos a hacer una evaluación. Vamos a contar de qué forma nos ha ido y exactamente en qué nos hemos equivocado «nunca más volveré a este hotel», «había planeado tantas actividades que era imposible». Mas ¿qué hace bueno el viaje? ¿Qué cambiaremos la próxima vez y qué sostendremos? Como es natural, va a haber quien lo deje todo para el último instante, no planifique con rigor y se halle que no hay billete, no puede visitar aquel lugar que tanto le apetecía o bien no tenga hotel en una zona próxima al centro. Y va a haber quien haya escrito todos y cada uno de los pasos para la organización, temporalizando acciones y diseñando día a día de viaje. Mas en los dos casos, se va a haber desarrollado exactamente el mismo proceso en nuestra cabeza, a diferente ritmo, de diferente forma y con diferente resultado. Día tras día debemos encararnos al diseño de proyectos personales de mayor o bien menor envergadura: un viaje, la elección de un trabajo, la organiza­ción del día… Desarrollar habilidades para producir ideas, planear proyectos, liderar, valorar proyectos, tomar resoluciones es, por ende, vital en la educación de las personas y un reto a abordar en los sistemas educativos. El talento em­prendedor no se reserva como temen ciertos para la vida laboral, empieza a manifestarse desde la niñez en las elecciones rutinarias