El Imperio romano se derrumba y, en la vieja provincia de Britania, el poder cambia de manos. Solo queda un último servidor fiel a Roma, acosado por el caudillo de los celtas y por los sajones, los recién llegados del norte que sueñan con establecerse a sangre y fuego en estas tierras y someterlas. Todos anhelan las sobras en este nuevo planeta, más brutal y atroz, donde la vida carece de valor, la traición es moneda de cambio y siempre y en todo momento vence la espada. Y en la mitad del caos un pequeño de la tribu de los deceanglos, con un talento natural para curar y un don temible para la premonición, intuye que ante él se abre un enorme destino. NIÑO, SANADOR, PROFETA... LA HISTORIA DE MERLÍN COMIENZA. Entre los despojos que la tormenta ha dejado en la playa de Segontium, Branwyn, nieta del rey de la tribu de los deceanglos, halla a un náufrago inconsciente. Un romano precioso, un regalo de los dioses... que cuando abra los ojos le va a enseñar su auténtico semblante, más malévolo. 9 meses después nace un pequeño que su madre, enloquecida, rechaza. Bastardo, hijo del demonio: desde su primer aliento, la historia legendaria acompaña a Myrddion Merlinus. Solo su abuela, al lado de la que se cría, intuye que los dioses viejos lo resguardan y tiene el don excelente, maldito que corre por las venas de su familia. A los 9 años, entendido de que la tribu nunca lo admitirá entre los hombres con autoridad y poder, Myrddion se transforma en el practicante de la sanadora del pueblo. Desde el primer instante, la sabia mujer percibe el talento natural para la curación de ese chico, despierto y ávido de conocimientos, y comienza a entrenarlo en los secretos de su oficio. Mientras que, más al sur, Vortigern, el caudillo que se ha impuesto a los otros reyezuelos celtas, reconstruye la vieja fortaleza de Dinas Emrys. Le han presagiado que la torre, símbolo de su poder, solo continuará de pie si une las piedras con mortero y la sangre del medio diablo. Mas el pequeño asimismo tiene una premonición para el enorme rey celta, y un destino que cumplir. Pronto Vortigern va a ser el heraldo del caos y Myrddion va a deber emplear sus dones para salvar una tierra devastada por odios enconados, traiciones dentro de las familias y vientos de guerra