Batidos de primavera – Patricia Hernández Rondán Los que conocemos a Patricia, como es mi caso, estamos en mejores condiciones para gozar de forma plena de la excelencia de la expresión artística de esta gran autora. Pues no podemos separar la calidad humana de su persona y la deliciosa sensibilidad en su personalidad, entendida esta en sus diferentes vertientes de su vida, de su creación. Patricia ama la vida, y la ama con pasión y energía. No siente a medias tintas ni de forma mediocre, todo lo opuesto. Y de igual modo vive el arte y el sentido poético subyace en una cualquiera de las expresiones artísticas con exactamente la misma fuerza, igual que vive la vida con pasión. Patricia pintora, Patricia grabadora, Patricia fotógrafa, Patricia poeta; es toda una; una artista que vive la vida de forma creativa, con la busca de la belleza y de la verdad que desarrolla en todos y cada uno de los campos de su vida. No se puede separar a la persona genuina, honesta y profunda, de la artista. Por el hecho de que Patricia no comprende la vida sin la creación, la belleza, la ilusión del color y la naturaleza vista de forma deliciosa y poética. La vida para ella es arte, amor, pureza, delicadez, elegancia; y de exactamente la misma forma que vive la vida de este modo, igual siente al crear, y de esta manera nos lo transmite, y de esta forma lo gozamos. Y es un placer y un deleite para nuestros sentidos; nos invita a vivir sin medianías, lúcidos, sensibles, amantes, soñando un planeta más precioso que el que vemos a simple vista. Es una suerte que artistas de la talla de Patricia nos recuerden que la existencia puede ser más refulgente al asistirnos con su mirada y planeta profundos a salvar el lado más refinado y sutil de cada uno de ellos de nosotros. Es una suerte para nuestra percepción poder revisar, gracias a ella y a su obra, que todavía queda verdad, luz, duende, amor, belleza y sueños en este planeta, que hay vida alén de tanta mediocridad, que hay color alén de tanto gris, que hay poesía alén de tanto vacío