Ciencia y además de esto lo comprendo Múltiples Autores Propagar los conocimientos científicos, la ciencia, es una de las labores más nobles que conozco, en especial si, como sucede en el presente caso, lo hace, de forma totalmente desinteresada, un abundante conjunto de científicos, ordenados – más adecuado sería decir, dirigidos – por Quintín Garrido Garrido. Digo que es una de las labores más nobles que conozco, pues la ciencia es, de lejos, el mejor instrumento que han creado los humanos para librarse de mitos, de esas muy rebosantes ideas que no son sino más bien fruto de la imaginación, que, como es lógico, puede obedecer a razones variadísimas, entre aquéllas que indudablemente se encuentran ciertas a la perfección entendibles dada la naturaleza humana, que busca seguridad y permanencia. De la imaginación, y no raras veces asimismo de intereses particulares. Sin la ciencia no podemos comprendernos a nosotros mismos, ni a todo cuanto nos circunda, el medio, terrestre y galáctico, que llamamos bien Naturaleza o bien Cosmos. Es verdad que, cuando menos de momento, la ciencia no da contestaciones a todas y cada una de las preguntas que podemos imaginar – ¿quién sabe si lo conseguirá alguna vez?; dudo , mas día tras día da alguna contestación nueva, y si bien no proveyera más de ahora en adelante, cosa que no va a suceder, ¡qué equipaje nos ofrece ya! Acabo de referirme a las preguntas que responde la ciencia, y exactamente es, normalmente, recurriendo a preguntas – en campos muy variados: matemáticas, física, astrofísica, química, biología, neurociencias, geología, oceanografía, ciencia de los materiales… – de qué manera está estructurado el presente libro, este Ciencia, y además de esto lo comprendo!!! El ahínco que sus autores han efectuado por el hecho de que se comprenda lo que escriben es digno del mayor reconocimiento. No existe mayor riesgo, mayor oponente de la ciencia que acorralarla en la obscuridad de presentaciones técnicas, especializadas. Es obvio que ese género de presentaciones son las propias de la activa de la investigación científica, mas es totalmente preciso salir a veces de ese planeta tan cerrado en sí. Si bien la sociedad pueda no demandarlo – por desgracia, esto sucede frecuentemente , lo precisa. Y cuando esa sociedad, la ciudadanía, recibe explicaciones claras y entretenidas de lo que es la ciencia y sus contenidos, lo agradece. No ignoro que ciertas contestaciones que brinda la ciencia probablemente no nos van a hacer felices. Como Darwin y sus seguidores nos enseñaron, no somos, uy, el fruto privilegiado de un Autor todopoderoso, sino más bien polvo de estrellas que se condensó, dando origen a muy, muy diferentes formas de vida, a través de procesos no dirigidos de prueba y fallo, que, eso sí, obedecieron a las leyes que va desvelando la ciencia. El azar de caminos en los que reinó lo casual, y la necesidad de cumplir lo que imponen las leyes naturales. Mas si la ciencia no da siempre y en todo momento dicha, sí que da dignidad. Entre los atributos que más admiro de los humanos, se halla el ser capaces de actuar noblemente no teniendo la esperanza de la eternidad, siendo conscientes, muy conscientes, de nuestra contingencia