Las veinte comedias que se nos han preservado de Plauto (h. doscientos cincuenta ciento ochenta y cuatro a. de C.), todas y cada una adaptaciones de la Comedia Nueva griega, bastan para asegurar al autor su puesto de máximo comediógrafo latino. Con un empleo muy libre y animado de los originales, facilitando la trama para gustar a un público romano popular, Plauto cosechó un éxito inmediato. Sus comedias proponen situaciones habituales o bien disparatadas, personajes prototípicos, rechistes groseros, equívocos, embrollos y un arsenal de recursos escénicos destinados a provocar risotadas inmediatas, ciertos cuales las transforman en comedias musicales. Plauto es un profesor en el empleo del lenguaje informal, y no se abstiene de incurrir en indecencias y groserías. Es un fino sicólogo que revitaliza los personajes de las comedias griegas: jóvenes calaveras, rameras, alcahuetas, traficantes de esclavos, viejos verdes, parásitos, soldados bravucones, etcétera El genio de Plauto consiste en el juego incesante que sostiene con el público sobre la realidad y la ilusión, en su capacidad de extraer todas y cada una de las posibilidades de las situaciones y los personajes, en la pluralidad de registros linguísticos que emplea con absoluto desenfado y maestría. Este segundo volumen contiene La comedia de Asquilla (en estado fragmentario, obra de infidelidades, nacimientos secretos y desvelamientos), Gorgojo (sobre los idilios de 2 jóvenes obstruidos por un viejo y achacoso granuja, y los intentos de los primeros por desembarazarse del segundo con la asistencia de un gorrón), Epídico (de complicada trama, sobre equívocos sobre hijas y amantes, amos y esclavos, viejos y jóvenes), Los 2 Menecmos (hilarante pieza de equívocos sobre 2 hermanos gemelos, uno desaparecido, el otro confundido con él por una cortesana, la esposa, el suegro...), El comerciante (menos cómica y más lacrimógena de lo que es frecuente en Plauto, sobre la conversión de una esclava en amante), El militar bravucón (comedia bufa sobre el Miles gloriosus ridículo en sus presunciones absurdas, el joven gallardo, la esclava atada al viejo), La comedia del espectro (en que un joven derrocha el patrimonio de su padre, ausente en viaje de negocios, y el esclavo del primero trata por todos y cada uno de los medios de que el segundo no se entere) y El persa (una especie de sainete, de trama simple y trivial, mas afable y entretenida, sobre liberaciones de esclavas y engaños a granujas)