"Es tal y como si te recibiese en su casa" observa su colega Tommy, un inocente comentario que podría comprenderse asimismo como advertencia, por el hecho de que este libro es una confesión visceral in artículo mortis y a bocajarro. John Cummings, alias JOHNNY RAMONE (diecinueve millones cuatrocientos ochenta y 2 mil cuatro), va a pasar a la historia de la música popular como creador de una banda implacable. Una cuadrilla de granujas, para ser precisos. Ya antes de ese estrépito había sido un muchacho con aficiones tan benignas como el lanzamiento de televisores desde azoteas, la destrucción de ventanas a ladrillazos o bien el derribo de pacíficos peatones con fines delictivos. El rocanrol lo separó del mal camino para conducirlo a un éxito que, no obstante, no borró ni sus raíces ni su salvaje chulería. Pasó de las calles a los escenarios preservando íntegro el espíritu pendenciero que distinguiría a los Ramones y los llevaría en dos mil dos al salón donde se exhiben las famas del rock. Un par de años después moriría de cáncer: era la tercera baja del conjunto. Johnny jamás ahorró hostias y no las escatima en estas donde asistimos, por servirnos de un ejemplo, al recordable puñetazo que le arreó a Malcolm McLaren por dirigirle la palabra a su novia. Tampoco se ahorra coces para juzgar a ciertos músicos ilustres de su tiempo (que terminan desollados). Commando es la historia de Johnny y la peripecia de los Ramones contadas con la salvaje honradez de quien nunca se mordió la lengua. El volumen contiene decenas y decenas de fotografías nuevas y un pintoresco surtido de materiales complementarios: desde una evaluación de los discos ramonianos hecha por el propio Johnny a variasde sus legendarios "libros negros" pasando por unas listas donde consigna sus muy inusuales preferencias. Esta obra no descansa en paz