

Natural de Bakú, Azerbaiyán, en mil novecientos sesenta y tres, Kaspárov protagonizó un ascenso meteórico aun para la frecuente precocidad de los grandes maestros del ajedres, y tras una polémica final con Karpov en mil novecientos ochenta y cinco, se transformó en el vencedor del planeta más joven de la historia, con 22 años
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Natural de Bakú, Azerbaiyán, en mil novecientos sesenta y tres, Kaspárov protagonizó un ascenso meteórico aun para la frecuente precocidad de los grandes maestros del ajedres, y tras una polémica final con Karpov en mil novecientos ochenta y cinco, se transformó en el vencedor del planeta más joven de la historia, con 22 años. Desde ese momento volvió a batir a Karpov en 3 emocionantes finales (mil novecientos ochenta y seis, mil novecientos ochenta y siete y mil novecientos noventa) y, tras encabezar el cisma del ajedrez, a Nigel Short (mil novecientos noventa y tres) y a Viswanathan Anand (mil novecientos noventa y cinco), hasta ser derrotado por Vladimir Kramnik en dos mil. A pesar de esa derrota, sus resultados le sostuvieron como el mejor ajedrecista del planeta hasta su retirada en el tercer mes del año de dos mil cinco, tras imponerse por novena vez en el campeonato de Linares, el Wimbledon del ajedrez. Su atención se centra ahora en llevar la renovación que impulsó en el ajedrez soviético primero y en el mundial después a la política rusa