De qué forma conseguir tus semillas. Manual para labradores ecológicos Las semillas son la parte primordial de cualquier sistema de producción de comestibles, mismas son un comestible básico por las reservas nutritivas que tienen, mas además de esto, como estructura vegetal encargada de reproducir la especie entre generaciones, están diseñadas para dar sitio a nuevas plantas con una economía de medios y una resistencia a las condiciones desfavorables fenomenales. Desde el nacimiento de la agricultura el hombre ha guardado una singular relación con las semillas, comestible de simple conservación y simiente para la próxima cosecha, las mejoras conseguidas en las peculiaridades deseables de las plantas se transmiten con las semillas, que además de esto se pueden transportar sencillamente y mudar de sitio, dando sitio a una gran diversidad de formas en cada especie de interés agrario. No obstante con la evolución de los sistemas agrarios este elemento de la producción, tan esencial como el suelo, el agua o bien el aire, se ha transformado en un insumo más. En torno a las humildes semillas hay un cúmulo de intereses que han llevado a la actual situación, en la que los labradores prácticamente han perdido su capacidad de generar, guardar y sembrar sus semillas. El proceso de modernización de la agricultura ha sido la causa primordial, con la substitución de las semillas de variedades tradicionales por las elijas híbridas, producidas por un número de empresas cada vez menor, que persiguen los objetivos de la agroindustria: productos unificados, comestibles estándares, control de los insumos, etcétera Todo ello coherente con un modelo de producción intensiva, dispendiosa de energía y gran consumidora de recursos naturales, que genera cosechas excedentarias y paga unos costos de miseria a los labradores. En esta situación los labradores son ahora más dependientes, tienen que adquirir las semillas cada año a las multinacionales, que las han logrado, muy frecuentemente, desde las compilaciones de semillas tradicionales guardadas en bancos de germoplasma, cuyos primeros obtentores han sido los abuelos de los labradores que ahora deben pagarlas. Por otra parte los usuarios modernos han perdido las referencias del sabor de los comestibles, ignoran el aroma y la calidad de las variedades tradicionales. Ahora las nuevas variedades de cultivo, escogidas para generar más, para perdurar más, para aguantar fertilizaciones más altas, responden a los intereses de la distribución comercial, y no a los factores de calidad y salud como comestible, que habría de ser el principal objetivo de la cadena alimenticia