Concillando el sueño. Desarrollo personal y laboral. El sueño es parte esencial de nuestra vida diaria. Conforme investigaciones, una persona adulta normal debe dormir entre seis y ocho horas cada día. Mas las costumbres sobre las horas dedicadas a dormir han alterado sensiblemente. Conforme investigaciones, en las 2 últimas décadas el planeta occidental ha cambiado sensiblemente las pautas de vida rutinaria al punto que al equiparar nuestros horarios con los de hace veinte años, apreciamos diferencias muy significativas. Las demandas del planeta moderno nos fuerzan a estar alarmas y lúcidos más tiempo, a consecuencia de ello reducimos las horas precisas de sueño. Gacetas médicas y ciertas publicaciones recientes hacen un llamado de atención a la sociedad por el desconocimiento de la población sobre el dormir y sobre todo del dormir bien. Para conocer más sobre este esencial tema, le aconsejamos estar bien despierto y atento a las recomendaciones y consejos que le tenemos para conseguir un sueño de calidad. El sueño El sueño está clasificado como una necesidad universal, no solo el hombre duerme, los animales asimismo lo hacen. En los primeros estudios sobre el sueño, se efectuaron registros del electroencefalograma y se halló que, du­rante el sueño, el cerebro lejos de estar inactivo, seguía intensamente activo cuando menos a lo largo de una parte del sueño. Esta investigación deja atrás aquella creencia de que el sueño era un estado de inactividad en el que el cerebro dejaba de marchar, probablemente con la pretensión de reposar o bien recu­perarse. Conforme nos marchamos adentrando en el desarrollo de este esencial tema, podemos confirmar que el sueño no es homogéneo, sino existen múltiples fases o bien etapas que nos dejan recobrar energías para empezar el día con vigor y entusiasmo. Ciclos del sueño El sueño no es un estado único en el que continuamos mientras que dormimos, sino tiene cinco etapas. A lo largo del trascurso de la noche, a través del sueño vamos recorriendo cada una de esas etapas. 1. Somnolencia. dos. Sueño ligero. tres. Sueño profundo. cuatro. Sueño profundo de ondas lentas. cinco. Movimientos oculares veloces. Cada ciclo de sueño dura más o menos noventa minutos. Investigaciones han probado que la duración del sueño no es lo que hace que entonces nos sintamos frescos y despejados. El factor clave es el número de ciclos completos que efectuemos. Ejemplo: En el periodo que hay entre 2 ciclos de sueño no estamos verdaderamente durmiendo: es una zona media en la que si no somos molestados por la luz, el frío, el estruendos, etcétera pasamos a entrar a otro ciclo de noventa minutos. Si durmiésemos de una manera absolutamente natural (sin alarmas o bien otro género de molestas alteraciones), nos despertaríamos más o menos tras un múltiplo de noventa minutos esto es tras cuatro,5 horas, seis horas, siete,5 horas o bien nueve horas, mas jamás tras siete o bien ocho horas (que son múltiplos de noventa minutos). Una persona que solo duerme cuatro ciclos (seis horas) se va a sentir más descansada que otra que duerme a lo largo de ocho o bien diez horas, en el caso de que uno de los ciclos no haya podido completarse por haberse levantado ya antes de terminarlo (esto es que lo haga en la etapa de sueño “profundo” y no en la inicial de sueño “ligero”). Como podemos darnos cuenta, el secreto para despertarse despejado es hacerlo justo cuando termina un ciclo de sueño y comienza otro; o sea, hacerlo en la etapa inicial del sueño ligero