Edificando sexualidades, o bien de qué forma enseñar la sexualidad de las hijas y de los hijos Este texto pretende ser una convidación a que las familias acepten el papel que les toca en la educación sexual de sus hijos y de sus hijas. Francamente pensamos que el propósito vale la pena y que todas y cada una de las familias pueden con­tribuir y están capacitadas para esto. No se nos olvida que en otros instantes y en otros foros de discusión nos va a tocar demandar que la Educación Sexual sea una reali­dad en el sistema educativo, de forma que todo chaval y toda chavala que acabe su escolarización obligatoria lo haga habiendo recibido una conveniente educación sexual en las salas y durante las diferentes etapas educativas. No obstante ahora deseamos prestarle atención a la que asimismo es la labor de los progenitores y madres. Enseñar las sexualidades es contribuir a que las sexualidades de nuestras hijas y también hijos se vayan edificando de tal forma que el resultado final sea el de unos hombres y mujeres que se conozcan, que se admiten y que sepan expre­sar su erótica de forma que les haga ser feliz. Construyéndose como seres únicos, únicas y especiales. Esta meta que puede resultar muy ambicioso y complejo vamos a tratar de desmenuzarlo de manera que todas y cada una de las fami­lias se sientan dispuestas para trabajar en esa dirección. Seguramente todo resulte considerablemente más fácil de lo que semeja, va a bastar con buena predisposición, con aprender a charlar sin examinarse, con respetar, con rememorar que no solo formamos con las palabras… en resumen pequeñas claves que son las que andan tras los grandes logros. La sexualidad no es solo la reproducción o bien el coito. Por lo tanto la educación Sexual que planteamos va a ir alén de conocido cuento “de la semillita” cuando son pequeños o bien de hablarles sobre el preservativo cuando son mayores. Charlamos asimismo de emociones, sentimientos, coherencias y, como es natural, de todo el cuerpo, de la orientación del deSeo, de satisfacción