4 palabras para un libro – Joan B. Boils La historia de la música de España de Mariano Soriano Fuertes, una fuente esencial en la historiografía de la música de España del siglo XIX Semeja patraña, mas hay tesoros históricomusicales que están tan cerca de nosotros, tan omnipresentes, si bien sea solo en veloces citas o bien listados, que cuesta reconocerlos en su genuino valor, aceptarlos como semejantes y trabajarlos como se merecen. Si bien en las últimas décadas, merced al feliz rejuvenecimiento y progresiva “secularización” de los protagonistas de la investigación musical en España, ha alterado substancialmente la situación, todavía es evidente en la musicología hispana cierto desequilibrio entre unas recónditas temporadas áureas (deseadas por estudiosos y también intérpretes, en ocasiones paradójicamente aun más cuanto son menos las fuentes preservadas, o bien más difícil su desciframiento) y otras etapas a las que se atribuye un mucho peor metal, como ocurre con el planeta sonoro decimonónico, en cuyo menosprecio influye tanto la carencia de primeras figuras o bien fuentes de prestigio internacional y el lastre de un gusto quizá vulgar por mayoritario, como en su instante la excesiva cercanía cronológica en esos años iniciales de la “recientificación” de lo musical, entre Pedrell y Anglés, que destinaba todavía semejantes repertorios ochocentistas más al periodismo de gacetilleros o bien críticos que a la esencial historia hecha por eruditos y destinada a preservar un patrimonio genuinamente recordable. Algo de ello debe tener aún la culpa en la situación segundona donde, en el aún en tantas cosas tan próximo como todavía ignoto siglo XIX de España, se ubica a Mariano Soriano Fuertes y Piqueras, un hombre observador y crítico, satisfactoriamente instalado musical y socialmente, en cuyas crónicas se reflejan los tradicionalistas inconvenientes ideológicos y también institucionales de las clases medias y altas, conservadores y esperables en prácticamente todos los sentidos, que acaban ofertando un aburguesado retrato de la España de entonces que precisaba ser apropiadamente antecedido por una reconstrucción, patriótica y también imaginativa, de un insigne pasado escrito más cerca de sus deSeos que de sus documentos. A esa labor se consagró Soriano Fuertes acabando, por fin, la primera historia de la música de España impresa en este país, hecha de esta manera, tras alguna tentativa precedente, por un murciano por último establecido en la villa de Madrid (tras relevantes trabajos en Córdoba, Sevilla, Cádiz y sobre todo Barna, aparte de una esencial estancia parisina), hijo del asimismo insigne músico turolense, de provechosa estancia murciana y después madrileña, el organista y profesor de capilla Indalecio Soriano Fuertes