Tanta insistencia se ha puesto en sopesar la calidad de los ensayos y novelas de Unamuno, que se ha olvidado el tesoro literario de sus cuentos, merecedores de un sitio señalado en el estudio de su obra. Su valor se acrecienta cuando verificamos que fueron raíz de lo "nivolesco" y que don Miguel veía en el género la itineración cara atrás de la vida, un corte más profundo en lo vivido y, por lo tanto, la manera protoliteraria que recoge las resonancias más arcanas de la mente humana. Por medio de estas narraciones, de estos Cuentos de mí, llega a nosotros el eco inquietante de don Miguel de Unamuno, de una personalidad incrédula, agónica y polémica que repite en todas de sus criaturas de ficción y van a hacer las exquisiteces de los lectores. De acá que estos Cuentos de mí lleguen como mucho alto o bien más hondo, con rebosantes huellas autobiográficas. Esta selección, nueva cuando apareció, en mil novecientos noventa y siete, entiende los próximos relatos, publicados por Unamuno en diferentes diarios y gacetas españoles entre mil ochocientos setenta y seis y 1934: Ver con los ojos (mil ochocientos setenta y seis) "Solitaña" (mil ochocientos ochenta y ocho) Las tijeras (mil ochocientos ochenta y nueve) El desquite (mil ochocientos noventa y uno) La sangre de Aitor (mil ochocientos noventa y uno) Chimbos y chimberos (mil ochocientos noventa y dos) San Miguel de Basauri en el Médano de Bilbao (mil ochocientos noventa y dos) El semejante (mil ochocientos noventa y cinco) Sueño (mil ochocientos noventa y siete) Una visita al viejo versista (mil ochocientos noventa y nueve) El abejorro (mil novecientos) Don Martín, o bien de la gloria (mil novecientos) El profesor de Carrasqueda (mil novecientos tres) La insensatez del doctor Montarco (s/f.) Y va de cuento (s/f.) El canto adánico (mil novecientos seis) La beca (s/f.) Don Catalino, hombre sabio (mil novecientos quince) La revolución en la biblioteca de Ciudámuerta (mil novecientos diecisiete) Al pie de una encina (mil novecientos treinta y cuatro)