Cultura y turismo factores del desarrollo económico social Camino de doble vía, la relación entre cultura y turismo es, en términos históricos, novedosa. Estrategia y fin a un mismo tiempo, el día de hoy la articulación de estas 2 esferas plantea una visión reverdecida del desarrollo económico y social de un territorio. Al charlar de turismo cultural, de lo que se trata es de acrecentar la actividad turística desde la cultura y a la inversa, a través de la puesta en valor del patrimonio material y también inmaterial, y el rescate y la resignificación de la historia de un país, una localidad o bien una zona, vueltos núcleos de atracción y también interés para el turista global. La cultura de un pueblo sintetiza la expresión de su identidad. Cultura, identidad y diversidad no pueden marginarse en el momento de diseñar políticas de turismo, de forma especial, en un contexto en el que las sociedades han sabido dar cauce al diálogo intercultural y han contestado las demandas de legitimación de lo diverso y lo diferente, robusteciendo asimismo el ejercicio de los derechos culturales. Tomemos para el análisis el ejemplo europeo. No sería posible imaginar el nivel de desarrollo que han conseguido los estados de bienestar de muchos de sus países a lo largo de las últimas décadas sin contemplar la relación entre cultura y turismo. En una gran parte del viejo continente, la puesta en valor del patrimonio cultural determinó la generación de una industria que, indudablemente, fue el punto de inicio de la restauración de una gran parte de Europa. España, por caso, ha alcanzado un nivel de excelencia en la materia: convirtió el turismo cultural en una actividad generadora de riqueza. En la Argentina, la unidad política se combina con un capital cultural diverso y excelente, del que todos disfrutamos y asistimos a sostener vivo. El promuevo, la protección y la celebración de la diversidad, en sus diferentes matices, es garantía de la prosperidad cultural de este país. Su revalorización resulta, en consecuencia, una herramienta generadora de turismo y de todos las ventajas a él asociados. Como objeto de una política de Estado tendiente a articular, regular, fomentar y alentar la relación culturaturismo, de seguro, la cultura muestra 2 de sus facetas más virtuosas: su dimensión integradora y reparadora de la sociedad, y su indudable contribución al desarrollo autónomo y sostenible. La lengua, la danza, la música, las costumbres, las comidas habituales y las fiestas populares son componentes incontrovertibles de identidad, signos de lo propio, automóviles de tradiciones, promotores de la cultura. Tanto como el paisaje y los atractivos naturales, su reconocimiento, preservación y puesta en valor el día de hoy resultan imprescindibles en el momento de impulsar políticas integrales de turismo, que asimismo deben tener en consideración aspectos relativos a la inversión, la mejora de la infraestructura, la rehabilitación edilicia y, en términos más generales, el promuevo del empleo. Para su justa consideración, la diversidad cultural argentina demanda alta formación y demanda amplios conocimientos. Desde esta perspectiva, se les reserva a los agentes turísticos el papel de intercesores culturales, indispensables en la labor de aproximar a los ciudadanos del planeta la interpretación del color local, siempre y en toda circunstancia abierto al diálogo con lo global