De la urbe al campo Elena G. de White Los consejos del espíritu de premonición srepetidamente en las ventajas que ofrece la vida de campo. Las nubes anunciadoras de tormenta apuntan qué apropiada es la repetida exhortación a desamparar las urbes. Todo adventista consciente se percata de que las aglomeraciones, las tentaciones, y los crecientes enfrentamientos laborales que se presentan en la vida de la urbe, no ofrecen un entorno saludable para las familias cristianas. Por medio de los años, millares de adventistas han buscado en los testimonios del espíritu de premonición ya publicados, los consejos que los orientaron para seleccionar el entorno apropiado donde debían establecer su hogar, y para saber cuál había de ser su actitud en su relación con las diferentes organizaciones del planeta. Como los augurios de la crisis que se aproxima señalan qué sutiles son los riesgos y qué horrible es el enfrentamiento que nos espera, nos ha semejado atinado presentar una edición nueva de estos consejos de forma que atraiga la atención de cada miembro de iglesia. Y si tenemos en consideración el tiempo en que vivimos, resulta apropiado no solo reiterar los consejos que conocemos pues se han publicado hace un buen tiempo, sino más bien imprimirles el énfasis preciso al acompañarlos con instrucciones más detalladas que se publicaron algunas veces en la Review and Herald o bien que la pluma inspirada incluyó en cartas personales que dirigió a obreros responsables de la causa de Dios, para darles determinados consejos. Esta edición está en completa armonía con las instrucciones que la Sra. Elena G. de White dio a sus fideicomisarios, cuando les señaló que “imprimieran colecciones extraídas de mis manuscritos”, por el hecho de que poseen, siguió, “instrucciones que el Señor me ha dado para su pueblo”. La referencia de cada pasaje señala el año en que ha sido escrito o bien publicado por vez primera. En este folleto hallaremos fervientes llamados a una acción decidida, al tiempo que una solemne advertencia a no actuar con presunción. Deberíamos prestar atención singular a los consejos que se dan en la sección VII, “Guiados por la Providencia Divina”, que aparecen en las24 a veintisiete. La publicación y distribución de este folleto es una contestación a la firme convicción expresada por los líderes de la iglesia, de que ha llegado el tiempo de repetir el clamor: “Salid de las Ciudades”