Se puede suponer que el lector de este libro tiene el nivel de conocimiento sobre el ECG contenido en el volumen complementario ECG simple. Los principios del ECG son fáciles, mas las alteraciones de los patrones que se ob­servan tanto en las personas sanas como en los pacientes con inconvenientes cardiacos o bien de otro tipo pueden hacer que parezca más complejo de lo que es realmente. Este libro se centra en tales alteraciones, y contiene diferentes ejemplos de cada anomalía, con lo que está dirigido a cualquier lector que entienda los fundamentos mas que desee emplear el máximo potencial del ECG como herramienta clínica. El ECG no es un fin en sí, sino más bien una extensión de la anamnesis y de la exploración física. Los pacientes no consultan al médico con la pretensión de que se les haga un ECG, sino asisten para efectuarse un chequeo o bien por­que presentan síntomas. Por ende, este libro está organi­zado en función de las situaciones clínicas y los episodios engloban desde el ECG en personas sanas hasta el que se presenta en pacientes con palpitaciones, síncope, dolor to­rácico, disnea o bien enfermedades no cardiacas. Para insistir en que el ECG es parte de la valoración ge­neral del paciente, cada capítulo empieza con una breve sección sobre la anamnesis y la exploración, finalmente con un breve resumen de lo que debería hacerse una vez interpretado el ECG. Esta edición adopta la filosofía de sus precursoras res­pecto a la relevancia relativa del ECG y de la persona en la que se ha registrado. Se han efectuado diferentes cambios en el texto, con la introducción de más resúmenes y tablas de trastornos clínicos asociados con patrones de ECG. Lo que resulta más relevante, hay un capítulo completa­mente nuevo sobre marcapasos, desfibriladores y electro fisiología, que son dispositivos que afectan al ECG y que cada vez adquieren un papel más importante en el tratamiento de los pacientes. El formato del libro se ha alterado para dejar que los ECG de doce derivaciones queden impresos en una página. ¿QUE PUEDE ESPERARSE DEL ECG? El ECG tiene sus restricciones. Debe recordarse que pro­porciona una representación de la actividad eléctrica del corazón, mas solo ofrece una indicación indirecta de la estructura y funciones cardiacas. No obstante, es de incal­culable valor para estudiar a aquellos pacientes cuyos sín­tomas pueden deberse a un mal funcionamiento eléctrico cardiaco, incluyendo los que tengan inconvenientes de la con­ducción y los que presenten arritmias. En las personas sanas, un ECG normal puede ser un motivo de calma. Desgraciadamente, el ECG puede ser totalmente normal en pacientes con coronariopatías graves. Es más, el rango de la normalidad es tan extenso, que una persona sana puede etiquetarse como cardiópata de forma bastante errada basándose en el ECG. Ciertos patrones que son anormales sin ningún género de dudas (p. ej., blo­queo de la rama derecha) se observan en personas totalmente sanas. Un buen principio práctico consiste en tomar en consideración que lo que importa es el estado clínico de la persona, no el ECG. En el momento en que un paciente refiere palpitaciones o bien síncopes, el diagnóstico de una causa cardiaca solo es cierto si se regis­tra un ECG en el instante de los síntomas (si bien in­cluso cuando el paciente se halla asintomático, el ECG puede suministrar pistas para los más experimentados). El ECG puede establecer el diagnóstico en los pacientes con dolor torácico, y el tratamiento puede fundamentarse en él, mas es esencial rememorar que la prueba puede ser normal horas tras el comienzo de un infarto de miocardio. En los pacientes con disnea, probablemente un ECG normal descarte una insuficiencia cardiaca, mas no es buen procedimiento para diagnosticar una neumopatía o bien una embolia pulmonar. Para finalizar, debe recordarse que el ECG puede presentar grandes perturbaciones en pacientes con diferentes enfermedades no cardiacas, de manera que no debe extraer­se la conclusión precipitada de que un ECG anormal im­plica una cardiopatía