Enseñar para madurar. Las cinco claves neurobiológicas a fin de que tu hijo sea feliz – Alfred SonnenfeldTodos deseamos ser felices. ¿Quién negaría esta aseveración? Ya en la Grecia tradicional grandes pensadores discutieron sobre de qué manera lograr una vida dichosa. Asimismo el día de hoy ocurre lo mismo. ¿Qué opción nos va a hacer más felices? Al preferir algo estamos escogiendo una posibilidad y aplazando otra. Toda elección significa, al unísono, exclusión. En más ocasiones de las deseadas, padecimos por nuestras malas elecciones. He hecho mal empleo de mi libertad y la naturaleza no disculpa, si bien sí voy a tener la posibilidad de enderezar de nuevo el camino si corrijo, y proseguir avanzando aun con más entusiasmo.La vida tiene una pluralidad de dimensiones, mas al tiempo es una misma identidad desde el instante en que nacemos hasta el momento en que morimos. Una de las consecuencias más esenciales para la dicha del humano es que se puede lograr aun en la mitad del sufrimiento, y, por contra, es posible ser apático y también infeliz en la mitad del bienestar, de la exuberancia material o bien de lo conveniente. Es usual que nos hallemos con personas a las que les va bien a nivel económico, mas, al tiempo, están desengañadas y malhumoradas.Muchas veces vivimos desperdigados, fuera de nosotros. No sabemos convivir con nuestro ser por no conocer nuestra identidad. En instantes como los presentes, en los que se atisba el desconcierto en torno a la conciencia de la identidad del hombre, del sentido de la vida y de la calidad de los valores que la notifican, semeja más oportuno que jamás ofrecer, en especial a las nuevas generaciones, coordenadas claras que dejen indicar puntos firmes de referencia.El recorrido que nos hemos propuesto en este libro una parte de datos neurobiológicos y espirituales del humano, a nivel científico comprobados, para acercarse después, siempre y en toda circunstancia al hilo de la lógica más estricta, al plano de la moral de la persona, con la intención de dar contestación a los anhelos de dicha que todos experimentamos. Es esencial, puesto que, recobrar una visión en la que la persona sea considerada en la globalidad de sus dimensiones, sin reduccionismos que envilecerían su muy, muy alta dignidad.:AgradecimientosPrólogo del autorClave 1: Instruir en colaboración y no en agresión. Los genes son cooperativosClave 2: La empatía como soporte para enseñar. La teoría de las neuronas espejoClave 3: De qué manera y por qué razón motivar a un hijo. Cuando la sicología se transforma en biologíaClave 4: Agobio y descalabro. Lo que debes hacer o bien eludir cuando tu hijo sufreClave 5: Emocionar con el trabajo. Instruir el “por qué” y no solo “cómo” trabajareA modo de conclusiónSobre el creador