Este libro es la continuación cronológica del precedente, La Condesa de Charny. Aunque acá ya no nos hallamos con los personajes precedentes, excepto María Antonieta, sus hijos y cuñada; no deja de ser una historia bastante entretenida, tanto con lo que podría leerse de un tirón. Si por instantes, en las historias precedentes, las intrigas llegaban a cansar; en esta novela una vez empezada no se le va a poder parar de leer, es como estar viendo una película. Todo transcurre entre los intentos por liberar a María Antonieta de la pena de muerte. Mauricio Lindey y Maximiliano Lorin son 2 amigos que se consideran prácticamente hermanos, los dos militares rlicanos muy estimados por sus superiores por su genial desarrollo en la revolución. Una noche Mauricio, teniente de la Guarda Nacional, le presta ayuda a una ignota que era detenida por no tener su certificado de civismo; Mauricio le conduce hasta donde se lo solicita y promete además de esto no procurarla, ¡ni tan siquiera conoce su nombre!; con solo verla una vez queda tan impresionado de su belleza que no puede negarle nada y la deja marchar. Esto nos recuerda la manera en que Bussy conoce a Diana en La Dama de Monsoreau. Este hecho da comienzo a una serie de tentativas por encontrar a la ignota para más tarde Mauricio pasar a sen un infidente, sin saberlo, de los pormenores de la reclusión de la reina, que asistirían en los intentos de fuga; el amor le ciega de tal forma que es inútil de percatarse que es empleado. El fin de esta relación sería afín por fin de la relación de Diana y el tribuno Marcelo Galio en El Mantón Sagrado de Lloyd C. Douglas; si bien Douglas podría haberse inspirado en el final de la obra de Dumas por ser precedente. Por otra parte, el caballero del título hace todo lo que resulta posible por liberar a María Antonieta, ofertando si vida y fortuna por esta razón. Fue escrita con la cooperación de Auguste Maquet