Este libro trata de la investigaciónacción como forma de desarrollo profesional del enseñante. Empieza con la aparición de la investigación acción en el contexto del cambio escolar empezado en los años sesenta (Capítulo Primero) y sigue ocupándose de los inconvenientes metodológicos relacionados con el ofrecimiento de exactamente la misma como fórmula de aprendizaje profesional en las escuelas (Capítulo II). Los estudios de casos de este capítulo están basados en la propia experiencia del autor como facilita­dor en 3 proyectos que engloban más de década y media, desde mil novecientos sesenta y siete hasta mil novecientos ochenta y tres. A lo largo de este periodo, Elliott estuvo destinado en instituciones de enseñanza superior que han desempeñado un papel esencial en el mantenimiento del movimiento de los profesores como estudiosos en el R. Unido. En consecuencia, ensayó las tensiones existentes entre las etnias profesionales enfrentadas de profesores de enseñanza no univer­sitaria y los de la enseñanza universitaria. Los episodios III, IV y V se encargan de la investigaciónacción como “innovación cultural” con posibili­dades transformadoras, tanto para la cultura profesional de los enseñantes como de sus formadores en la universidad. Pretenden apuntar ciertos inconvenientes que implica la implantación de esta transformación y, por lo tanto, la resolución del tema de la relación existente entre teoría y práctica (véase el Capítulo III) que ha dificultado las discusiones sobre el rol de las institu­ciones de enseñanza superior en el desarrollo profesional de los enseñantes de enseñanza no universitaria. Asevera Elliott que nos hallamos en un instante en el que las ideas políticas niegan el valor de ese rol. La “resolución” del problema teoríapráctica viene configurada por ideas gubernativos que, fundamentalmente, son parte de una nueva tecnología de vigilancia y control de las prácticas de los profesores en las salas y las escuelas. En este contexto tecnológico, el rol del enseñante corre el peligro de desprofesionalizarse y reducirse al de un obrero técnico supervisado. Sus cometidos se transforman en especializados y jerarquizados. El Capítulo IV describe esta clase de desarrollo que desequilibra y desgasta la cultura artesana tradicional de los profesores. Mas, al hacer­ lo, crea las condiciones para la expansión de una cultura más reflexiva que brota como una forma de resistencia creativa a la racionalidad técni­ca que subyace a la política gubernativo. Semeja que uno de los efectos no pretendidos por las intervenciones del gobierno en la enseñanza consiste en la creación de las condiciones para la resolución del problema entre teoría y práctica y la aparición de una manera de desarrollo profesional basada en la investigaciónacción. Mas, hasta el momento, la promesa no se ha transformado realmente. Prosigue siendo una aspiración popular