

El agente de la DEA Art Keller vive en el más puro anonimato en un monasterio en Abiquiu (Nuevo México), retirado del planeta y dedicado a la apicultura
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El agente de la DEA Art Keller vive en el más puro anonimato en un monasterio en Abiquiu (Nuevo México), retirado del planeta y dedicado a la apicultura. Tras 3 décadas combatiendo a brazo partido en la Guerra contra las Drogas solo quiere paz y calma. Testigo de baños de sangre y más horrores de los que hubiese podido imaginar, su pulso contra el cártel más poderoso de México, La Federación, se saldó con el arresto de su líder, Adán Barrera, no sin ver ya antes de qué manera moría su compañero y se desintegraba su familia. Exhausto y destrozado, desea dejar atrás por siempre su pasado en la agencia. Mas los planes no siempre y en todo momento salen como uno desea y Keller recibe un día la visita de un excompañero con la nueva de que Barrera ha puesto coste a su cabeza: un par de millones de dólares americanos.La situación se dificulta todavía más cuando, poco tiempo después, el delincuente escapa de la cárcel mexicana a la que había sido trasladado desde una estadounidense a cambio de delatar a otros traficantes. Presto a reconstruir el imperio que lo transformó en el rey del narcotráfico, fuerza a Keller a desamparar sus ansias de un retiro prematuro y embarcarse de nuevo en su busca y atrapa. Serán diez muy crudos años en los que la escalada de violencia entre los cárteles por el dominio del territorio, como de estos contra las agencias gubernativos de México y E.U. por su parte enfrentadas entre sí, no parará de medrar hasta lograr cotas dantescas. En su cruzada por anular a su némesis, Keller no solo tendrá que hacer en frente de la falta de confianza de sus compañeros y la ceguera de sus superiores, sino más bien preguntarse si está presto a abandonar a todo lo que ama e inclusive a vender su ánima al demonio