El Deseado de Todas y cada una de las Gentes Elena G. de White En el corazón de todos y cada uno de los humanos, sin distinción de raza o bien situación social, hay un indecible deseo de algo que ahora no tienen. Este deseo es implantado en exactamente la misma constitución del hombre por un Dios misericordioso, a fin de que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, sea mala o bien buena. Dios quiere que el humano busque lo mejor, y lo encuentre en el bien eterno de su ánima. En balde intentan los hombres satisfacer este deSeo con los placeres, las riquezas, la comodidad, la fama, o bien el poder. Los que tratan de hacerlo, descubren que estas cosas hartan los sentidos, mas dejan al ánima tan vacía y desconforme como anteriormente. Es el propósito de Dios que este deseo del corazón humano guíe cara el único que es capaz de satisfacerlo. Es un deSeo de ese Ser, capaz de guiar a él, la totalidad y el cumplimiento de ese deSeo. Esa totalidad se encuentra en Jesucristo, el Hijo del Dios eterno. “Porque plugo al Padre que la totalidad de todo radicase en él;” “porque en él habita toda la totalidad de la divinidad corporalmente.” Y es asimismo verdad que “vosotros estáis completos en él” respecto a todo deSeo divinamente implantado y en general seguido. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo “el Deseado de todas y cada una de las gentes.” Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo deseo. Se han escrito muchos libros titulados “La Vida de Cristo,” libros geniales, grandes acopios de información, elaborados ensayos sobre cronología, historia, costum¬bres, y sucesos contemporáneos, con rebosante enseñanza y muchas atisbes de la vida multiforme de Jesús de Nazaret. No obstante, no se ha dicho de ella ni incluso la mitad. No es tampoco el propósito de esta obra exponer una armonía de los Evangelios, o bien presentar en orden rigurosamente cronológico los esenciales acontencimientos y las fantásticas lecciones de la vida de Cristo; su propósito es presentar el amor de Dios como ha sido revelado en [6] su Hijo, la divina belleza de la vida de Cristo, de la que todos pueden participar, y no sencillamente satisfacer los deSeos de la pura curiosidad ni las observaciones de los críticos. Mas como por el encanto de su belleza de carácter Jesús atrajo a sus acólitos a sí mismo, y por su toque y sentimiento de simpatía en sus enfermedades y necesidades, y por su incesante asociación, convirtió sus caracteres de terrenales en divinos, de ególatras en sacrificados, y cambió la ruin ignorancia y el prejuicio en el conocimiento desprendido y el amor profundo por las ánimas de todas y cada una de las naciones y razas, es el propósito de este libro presentar al bendito Salvador de tal modo que asista al lector a asistir a él como a una realidad viviente, con la que puede tenerse comunión íntima y vital, y encontrar en él, como los acólitos de la antigüedad, al poderoso Jesús, que “salva hasta lo sumo,” y convierte conforme con su imagen divina a los que asisten a Dios por su intermedio. Suplicamos que la bendición del Muy alto acompañe a esta obra, y que el Espíritu Beato haga de las palabras de este libro palabras de vida para muchas ánimas cuyos anhelos y deSeos no están todavía satisfe¬chos; a fin de que puedan “conocerle, y la virtud de su resurrección, y la participación de sus sufrimientos,” y por último, en una eternidad bienaventurada, compartir a su diestra la totalidad de su gozo y la dicha inconmensurable que gozarán todos y cada uno de los que hayan hallado en él el todo en todo, “el más señalado entre diez mil,” Aquel que “es totalmente afable,” “todo codiciable.” Lenguaje: De España