El éxito de una campaña de marketing – Barry Libert y Rick Faulk Desde su estilo de liderazgo completamente atractivo y su empleo de las tecnologías sociales basadas en Internet hasta su mensaje esencial de cambio, Barack Obama ha mostrado a la gente del campo de los negocios lo mucho que pueden aprender de un político dotado de inteligencia y desenfado. En la alegría del triunfo de Obama, es preciso rememorar sus obstáculos iniciales, todos ellos en apariencia inmejorables. Se trataba de un aspiran­te a la presidencia de lo más exótico: un forastero con un nombre de resonancias musulmanas, padre africano, madre estadounidense y blanca, niñez hawaiana, diplomado en derecho por Harvard y con un currículo político de tal vez 25 palabras o bien menos. Como expresó en su alegato de la victoria: «Nunca fui el aspirante más probable al cargo». Jugadas de todo género, desde tácticas conocidas y probadas hasta estrategias de lo más novedoso, hicieron que la candidatura de Obama pasase de lo poco probable a lo ineludible. Reunió a un equi­po de primera clase que dirigió una campaña prácticamente perfecta; atrajo a decenas y decenas de miles y miles de voluntarios, muchos de ellos entregados hasta el punto de dejar su trabajo o bien sus estudios para contribuir a que fuera elegido; y reunió una cantidad de dinero sin pre­cedentes, tanto de pequeños impositores como de los grandes donantes tradicionales. Con todo, lo que nos dejó particularmente maravillados fue el empleo espectacular que hizo su campaña de las redes sociales. Este es un tema que hemos estudiado a fondo, y en el que hay sintonía entre Barack Obama y . Transformó una campaña presidencial en cincuenta estados en una gran comunidad Onli­ne. Su networking movió a millones de personas por todo USA a unirse a un movimiento de alcance nacional en el que sumaron sus talentos, su tiempo y sus dólares estadounidenses para conseguir una victoria definitiva. Como resultado, la política estadounidense (y tal vez mundial) no será de nuevo jamás exactamente la misma. Pensamos que, en su calidad de vanguardista político, Obama ha establecido un modelo refulgente para cual­quier empresa que desee progresar en el planeta Web veinte del siglo xxi. De ahí este libro: la proeza de la campaña de Obama comentada para su aplicación al planeta de los negocios. Hemos combinado nuestras observacio­nes con las de un conjunto diverso de medios cuya destreza se puso de manifiesto durante esta larga y increíble campaña. Entrevistamos a seguido­res de Obama, reunimos una serie de documentales geniales de fuentes múltiples, y proseguimos de cerca la cobertura sin precedentes de las elecciones que se ha dado en la blogosfera; esta última ha conca­tenado creencias y voces diferentes, desde Político a Twitter, que han contribuido en buena medida a hacer de dos mil ocho un punto de cambio en la política. Nuestro objetivo ha sido extraer las enseñanzas de esta campaña histórica para los líderes del planeta empresarial