Martine de Rouen es una joven dama francesa que, si bien vinculada con exactamente la misma reina Leonor, su vida ha estado marcada por ser, realmente, hija ilícita y por el amor desgraciado que llevó a su madre a la muerte. Por este motivo, se juró a sí que jamás se vería dominada por ningún hombre, jamás se enamoraría ni se entregaría a él, de forma ciega y sin reservas, como hiciese su madre. Para Martine el matrimonio es solo una alternativa preferible ala de tomar los hábitos con lo que, cuando su hermano Rainulf le plantea la posibilidad de casarse con Sir Edmond de Harford, hijo de un noble, accede y abandona su Francia natal para viajar a Inglaterra. El matrimonio con el joven Edmond ha sido concertado por Sir Thorne Falconer, al que Rainulf conoció mientras que lucharon juntos y fueron hechos presos en las Cruzadas, al que lo une una enorme amistad y respeto. Thorne Falconer es el halconero del barón Godfrey de Harford, quien le ha prometido concederle sus tierras una vez se festejen los esponsales entre su hijo menor y Lady Martine. Thorne, un hombre que desde la muerte de su familia no ha poseído ni ha formado una parte de la vida de absolutamente nadie, ha ambicionado a lo largo de años un señorío propio. Ha trabajado a la vera de los Harford aguardando ese instante y, cuando piensa que al fin se va a hacer realidad, algo pone en riesgo ese logro. Desde que los ojos de Lady Martine y Thorne se cruzan en el puerto de Inglaterra, algo semeja unirlos. No obstante, Thorne no está listo para querer, no se siente capaz siquiera de ese sentimiento y Martine se juró no cometer nunca exactamente los mismos fallos que su madre. Y, tras todo, Lady Martine está cercana a transformarse en una mujer casada, al unísono que, Thorne logra sus tierras. Mas conforme se acerca el instante, las dudas nacen en el corazón de los 2 y un sentimiento para ellos prohibido, el amor, nubla sus sentidos y sus planes para el futuro