El ministerio de sanación Elena G. de White Nuestro planeta está enfermo, y doquiera habitan los hijos de los hombres, abunda el dolor y se busca alivio. No es el propósito del Autor que la humanidad se vea estresada por una carga de dolor, que sus actividades sean cercenadas por la enfermedad, que su fuerza se desvanezca ni que su vida quede abreviada por las enfermedades. No obstante, frecuentemente excesiva las leyes establecidas por Dios para regir la vida son transgredidas abiertamente; el pecado entra en el corazón y el hombre se olvida de que depende de Dios, la fuente de la vida y la salud. A esto prosiguen las penalidades de la transgresión: el dolor, la enfermedad y la muerte. Entender las leyes físicas que rigen el cuerpo y armonizar con estas leyes las prácticas de la vida es un deber de relevancia principal. Se precisa entender los muchos factores que contri¬buyen a la dicha verdadera: un hogar alegre, la obediencia a las leyes de la vida, la debida relación con nuestros semejantes. Cuando aparece la enfermedad, es esencial que recurramos a los distintos factores que, al colaborar con los sacrificios de la naturaleza, robustecerán el cuerpo y restaurarán la salud. Queda, además de esto, una cuestión aún mayor y de relevancia todavía más vital: la referente a nuestra relación con el Autor que dio originalmente la vida al hombre, y proveyó en todo sentido a fin de que tuviera dicha continua y incluso el día de hoy se interesa en su bienestar. En este libro, la autora, una mujer de mucha experiencia en asun [8] tos prácticos de la vida y dotada de extraña percepción y conocimiento, puso al alcance de todo padre y de toda madre inteligentes, de todo hombre y de toda mujer, del lego y del profesional, un rico acopio de informaciones sobre la vida y sus leyes, sobre la salud y sus requisitos, sobre la enfermedad y sus antídotos, sobre los males del ánima y el ungüento curativo de Galaad. El libro está escrito en lenguaje claro, fácil y precioso, instruc¬tivo para el que estudia, de esperanza para el desanimado, alegre y consolador para el enfermo y también empapado de reposo para el fatigado. Mediante múltiples décadas su mensaje auxiliador ha favorecido a cientos de miles de lectores, puesto que se ha impreso y reimpreso en numerosos países y en doce los primordiales idiomas del planeta. Ojalá esta obra, con su presentación de un camino mejor, nos revele una vida más fácil, más dulce, más llena de gozo y alegría, más extensa en su demostración de que “más bienaventurado es dar que percibir,” y de esta forma cumpla su misión, es la franca esperanza de los editores y Los Fideicomisarios De La Empresa Editorial Y también. G. de White