Marco Junio Vitalis, apodado el "Asiático", es un militar que ha llegado ya a la edad en la que el ejército y los viajes sobran, y en el que su cuerpo, curtido en cientos y cientos de batallas en las que su dedicación al Imperio queda patente tanto en sus ademanes como en sus actitudes, le solicita dejar paso a las nuevas generaciones de guerreros cuya vitalidad va a poder sostener indudablemente (por lo menos esa es su esperanza) la cohesión de las presentes fronteras. Vitalis se halla descansando en su casa romana tras haber vuelto de un prolongado periodo de combates en los limes fronterizos, donde se sostienen ahora luchas contra los barbari. La antaño potencia imperial, tan temida otrora por los oponentes de "la civilización", difícilmente contiene ahora los embates de tantos rebeldes que procuran minar y destruir la expansión y la supremacía romana en el planeta conocido. No obstante se sostiene firme. Transcurre el año ochocientos diecisiete desde la fundación de Roma por los hermanos Rómulo y Remo. El césar gobernante es Nerón. Un día recibe una visita con un mensaje que, al final, cambiará su vida de forma inopinada. César lo llama a palacio, pues desea aprovechar su experiencia en temas de Oriente a fin de que le asista en la instrucción de un juicio. Se trata de enseñar un sumario contra un tal Petrós, pescador Galileo perteneciente a un movimiento extraño, una suerte de "secta" llamada "de los Penitentes", asimismo conocidos como "cristianos". Su misión, al comienzo, es localizar información referente a ellos (qué son, quiénes la componen, por dónde se extienden, a qué se dedican...), y entregársela a Nerón. Después, aduciendo su incalculable ayuda, el césar lo va a invitar a ser parte del proceso asimismo de forma activa. El acontecimiento es sumamente inhabitual. Algo no le cuadra a Marco Junio Vitalis. Generalmente un emperador no pierde su tiempo con un pleito en apariencia absurdo: ¿por qué razón preocupa al todopoderoso emperador de la ciudad de Roma un simple pescador de Galilea? ¿Qué tiene de singular ese hombre? ¿Y qué pintan en esto esos llamados seguidores de Jristós? ¿Qué deben ver uno con los otros acá? Y sobre todo... ¿qué oculta Nerón tras ese interés por esta aparente "falsa"? Vitalis no va a tardar en descubrirlo. Nerón está frustrado contra ellos y planea acusarlos de intento de secesión de la ciudad de Roma, de rebelión... mas, ¿por qué razón?