Escoge tu vida – Jaime Maristany Tras haber escrito todo cuanto tenia por decir sobre Management y Recursos Humanos durante cincuenta años de ejercicio de la profesión y de desarrollo de ideas sobre estos temas, me extendí a otras cuestiones. Si no recuerdo mal aparte de 3 tomos sobre cuentos y alguna poesía, escribí Argentina Invertebrada, como un espéculo de la España invertebrada de Ortega y Gasset (Espasa Calpe, Bs.As., mil novecientos ochenta y cuatro) sin pretender ser el profundo pensador que fue. Después escribí El acto idiota, que no deseó ser el de Erasmo (El elogio de la insensatez, Bib.Univ.1969), por el hecho de que Erasmo de Rotterdam da una serie de reglas que hay que continuar y critica desapaciblemente ciertas profesiones. Lo único que pretendí con el acto idiota fue sonreír sobre las estupideces que hacemos los humanos. El próximo tema que me llamó la atención fue la mujer y escribí con osadía sobre un ser que jamás vamos a conocer, un libro titulado Charlemos de la mujer. Iba puesto que desarrollando temas que proseguían debiendo ver con el humano mas que no eran concretos de Recursos Humanos o bien Management. Dependía de hechos casuales. Mi atención se vio desviada cara el tema de la actualidad con “Persona y sociedad”, desde un libro en el que tuvo mucho que ver un amigo mío que siempre y en todo momento ha querido quedar en la sombra del escenario por lo que no voy a poner ahora el reflector sobre él. Esto me llevó a desarrollar un modelo sobre el poder, algo que había visto a lo largo de décadas y escribí “El poder, la compañía, el manager: un modelo”, con lo que sentí que había cubierto esa área de la acción del humano. Entonces inspirado por ciertos aspectos de “Persona y sociedad”, empecé a trabajar en un libro que se llamó “Adonde vamos”, que deseó englobar demasiados temas. Esto hizo que me volviese a estudiar más de forma profunda la cuestión de las opiniones lo que me llevó por su parte a la “Historia de las opiniones en Dios”, por el hecho de que Dios ha sido para mí siempre y en todo momento una Persona esencial y por el hecho de que los humanos lo hemos buscado siempre y en todo momento con desesperación y poco resultado. La “Historia de las creencias”, me llevaba de la mano al modelo con el que el planeta había sido creado y escribí un pequeño libro “El modelo de la creación del universo”, en la busca de como había sido la resolución de Dios al crear el planeta, en tanto que no la causa de esa resolución. En un intervalo entre “papers” de diferente tipo escribí una novela “Un día en la vida de Javier”, que recorriendo lugares conocidos y otros ignotos mas aprendidos, me explayé sobre mis decepciones sobre la profesión que había seguido. “El modelo de la creación del universo” dejó en mí la simiente para buscar nuestras raíces y de esta forma me fui a ahondar en “Las raíces de nuestra sociedad”, estudiando más detalladamente la temporada de Pericles y las implicancias del Decálogo que había ya tocado en alguna medida al tratar la historia de las opiniones en Dios. Entonces mi mujer murió tras cincuenta y uno años de matrimonio. De una forma prácticamente insensata me puse a redactar su historia. Esta primera versión, criticada por mis hijas con razón, se transformó, en una segunda versión, en “Una mujer valiente”, corta edición para familiares y amigos próximos y de esa nueva situación brotó un tema ineludible, la vetustez. De esta forma escribí “Mi vetustez y la de los otros”. Y me dí cuenta que había tocado todos y cada uno de los temas que podían interesarme. Momentáneamente pensé en redactar sobre los inconvenientes de la inmigración en tanto que soy inmigrante, un inmigrante bastante atípico, mas eso me deja tener una mejor visión del tema, mas abdiqué del proyecto a poco de iniciarlo. Alguien me planteó redactar una autobiografía, mas siempre y en toda circunstancia he creído que las autobiografías eran pinturas hechas a la medida por quien dibujaba lo que le agradaba y ocultaba lo que no deseaba que se supiese si bien eso fuera esencial. Si alguno confesaba algún defecto era una forma narcisista de enseñar algo que lo valorizaba como persona