Enfermedades hepáticas. Consejos prácticos Ramon Lisas Redactar un libro de medicina no es una labor fácil. Cuando es efectuado por un solo autor, el libro es homogéneo y congruente en su estilo. No obstante, actualmente, la acumulación de cono­cimientos médicos es tan grande que no existen especialistas sobre enfermedades de un órgano o bien sistema. Generalmente, los médicos trabajan estudiando una enfermedad o bien procedimiento terapéu­tico. Existen médicos especialistas en dificultades de la cirrosis, hepatitis viral, enfermedades autoinmunes del hígado, trasplante hepático, etcétera Por esta razón, la mayor parte de libros en la actualidad son efectuados por abundantes autores, cada uno de ellos de los que se encarga de su área de interés. Los libros actuales son, en consecuencia, menos homogéneos, mas su contenido es considerablemente más avanzado. Redactar un libro para pacientes es aún un proyecto considerablemente más complejo. Los médicos esta­mos habituados a emplear un lenguaje concreto, bastante difícil de comprender por el público no médico. Esto es hasta tal punto cierto que en ocasiones resulta bastante difícil para un médico especialista en un área determinada el entender completamente libros de otra especialidad. Existen palabras que definen procesos, formas singulares de evolución de una enfermedad o bien pronósticos concretos. Estamos tan habituados a emplearlas que no nos percatamos de que contribuyen considerablemente a lo que la población general define como el «lenguaje incomprensible de los médicos». Los autores del pre­sente libro han procurado, en mi opinión por lo general exitosamente, desprenderse de esta terminología. En numerosos países, las sociedades científicas desempeñan un papel fundamental en la re­gulación de las especialidades médicas. Definen los contenidos de las especialidades, determinan las competencias y habilidades precisas para ser especialista, participan en el examen de los futuros especialistas, fomentan la investigación, organizan congresos y asambleas donde se pre­sentan los avances médicos y se efectúa capacitación continuada, disponen de gacetas donde se pu­blican los resultados de los proyectos de investigación, influyen sobre las agencias oficiales que fomentan la sanidad y la investigación, y contribuyen a la educación sanitaria de la población cooperando con asociaciones de pacientes. En este país, la intervención gubernativo en la organización social es tan esencial, que el papel de las sociedades científicas queda reducido a organizar congresos y asambleas para la capacitación continuada de sus miembros. La Asociación De España para el Estudio del Hígado es una sociedad científica especial. No tiene detrás una especialidad concreta, puesto que la hepatología no es en la actualidad reconocida como especialidad o bien subespecialidad médica. No obstante, es una sociedad moderna, con un enorme empuje científico, joven y con deSeos de desempeñar un papel en la política científica y sanitaria de España. Tiene más o menos ochocientos asociados, entre gastroenterólogos, internistas y también estudiosos básicos. Organiza un congreso anual, asambleas monográficas y cursos de forma­ción para médicos residentes. Da becas para capacitación de estudiosos en el extran­jero. Es el área de la medicina con mayor productividad científica de este país. Está organizan­do, en espera de que la hepatología sea reconocida como subespecialidad, proyectos de calidad en los que se define de qué forma debe ser una unidad de hepatología, el programa mínimo de capacitación de un hepatólogo, y sistemas de acreditación de unidades con capacidad de formar especialistas. Por último, con este libro, se empieza en el campo de la educación sanitaria de la población