Género y salud. Binomio que condiciona la calidad de vida de mujeres y hombres Libro en el que se examinan los aspectos ideales y experimentales sobre género y salud. La investigación ha mostrado la existencia de ciertas diferencias en­tre mujeres y hombres en salud física y mental. Estas diferencias se han tra­tado de explicar por distintos factores, desde biológicos hasta psicosociales. Las explicaciones biológicas han tendido a centrarse en el rol de las hormonas sexuales mas la investigación ha mostrado la relevancia de los factores psico sociales como la autoidentificación con los papeles de género tradicionales, la división sexual del trabajo, el agobio y las conductas de salud. LA DISTINCIÓN ENTRE MUJERES y HOMBRES es un principio básico de la organización de la cultura humana y, si bien las sociedades difieren en las labores concretas que asignan a hombres y mujeres, todas y cada una distribuyen los papeles adultos basándose en el sexo asignado al nacer y adelantan esta distribución en la sociali­zación de la niñez (Bem, mil novecientos ochenta y uno). Tal como plantea esta autora, no solamente se espera que chicos y chicas adquieran las habilidades que se consideran concretas de su sexo, sino asimismo se espera que tengan o bien adquieran autoconceptos y atributos de personalidad espe­cíficos conforme su sexo, de tal modo que sean masculinos o bien femeninas conforme la definición de su cultura. Desde el nacimiento, e inclusive desde ya antes de nacer, cuando se co­noce el sexo del embrión, las personas somos tratadas y percibidas de forma diferente dependiendo del sexo que se nos ha asignado y somos presionadas, de forma aproximadamente sutil, a fin de que nos comporte­mos de la manera que la sociedad en que vivimos estima que de­bemos hacerlo y aceptemos los papeles pertinentes. Si bien, tal como aseveran Beall y Sternberg (mil novecientos noventa y tres), qué es el género y cuál es la naturaleza de las diferencias de género todavía prosiguen siendo objeto de discute actualmente, está claro que el género es rele­vante a nivel individual, social, cultural y también histórico, siendo asimismo un aspecto esencial de la estructura social y, como tal, un de­terminante fundamental en la vida de las personas durante su ciclo de vida. El género es la base primaria en que se distingue a las personas y tiene efectos profundos en la vida diaria, incluyendo la salud, el bie­nestar y la calidad de vida. Bussey y Bandura (dos mil cuatro) aseveran que el desarrollo del género es un tema esencial por el hecho de que ciertos aspectos más esenciales de la vida de las personas, como los talentos que cultivarán, las opiniones que van a tener de sí y de los/as demás, las ocasiones y restricciones sociales con que se hallarán, la vida social y las trayectorias laborales que persegui­rán están de manera profunda precriptas por la tipificación social de gé­nero. El hecho de ser macho o bien hembra determina el acceso que tenderemos a los recursos y nuestras elecciones y opciones vitales (Rosenfield y Smith, dos mil diez). Mas el género no implica solo diferen­cias entre mujeres y hombres, sino acostumbran a ser desigualdades puesto que muchos de los atributos y papeles promovidos de forma selectiva en hombres y mujeres tienden a ser valorados socialmente de forma dispar, atribuyendo por norma general mayor poder y estatus a los atri­buidos a los hombres