"El primer acorde, el silencio. El pódium, mi primordial cómplice. Y el silencio sigue. Detrás, un auditorio formado por cientos de personas contiene la respiración. Y el silencio prosigue. Enfrente, una orquesta formada por experimentados maestros asimismo contiene el aliento; concentrados y pendientes ante mi ademán inicial. Y el silencio prosigue. En ese momento la atención se centra en mi primer movimiento gesticular, en mis brazos, en mis manos... Y el silencio prosigue. Doy la primera anacrusa del concierto. Y la música empieza." Inma Shara Inma Shara tiene un oficio especial: su trabajo consiste en dirigir orquestas. Y en esa profesión tan emocionante se encara a un reto enormemente complejo, exactamente el mismo reto que enfrenta un líder de cualquier ámbito o bien un directivo de una empresa: de qué forma armonizar equipos formados por personas de gran talento, que tocan instrumentos diferentes, para lograr que esas notas musicales escritas sobre el pentagrama cobren vida, lleguen al público y se despliegue la magia. La batuta invisible desea reflejar la tensión permanente con la que trabaja un directivo de orquesta, que he de ser un genial músico y al tiempo un buen gestor de recursos humanos. En suma, el directivo de orquesta se encara al doble reto de todo líder: marcar unos objetivos compartidos por todos, que respeten la capacidad y la intuición artística de cada uno de ellos de los miembros del equipo, y conseguir que estos objetivos trasciendan en una interpretación que conmueva y entusiasme al público. En este libro, Inma repasa, entre otras muchas cuestiones, el género de capacitación que se requiere para llegar a este nivel de liderazgo y de qué manera se soluciona el reto de continuar fielmente la partitura del músico y cumplir al unísono las esperanzas del público