La Celestina es el nombre con el que se conoce desde el siglo XVI a la obra titulada primero Comedia de Calisto y Melibea y después Tragicomedia de Calisto y Melibea, atribuida prácticamente en su totalidad al bachiller Fernando de Rojas. Es una obra de transición entre la Edad Media y el Renacimiento escrita a lo largo del reinado de los Reyes Católicos y cuya primera edición famosa data de mil cuatrocientos noventa y nueve. Forma una de las bases sobre las que se basó el nacimiento de la novela y el teatro modernos. Existen 2 versiones de la obra: la Comedia (mil cuatrocientos noventa y nueve, dieciseis actos) y la Tragicomedia (mil quinientos dos, veintiuno actos). La crítica tradicional ha debatido exuberantemente el género de La Celestina, dudando si clasificarla como obra trágica o bien como novela. La crítica actual coincide en indicar su carácter de obra híbrida y su concepción como diálogo puro, quizás para ser recitado por un solo lector impostando las voces de los diferentes personajes frente a un auditorio poco abundante. Sus logros estéticos y artísticos, la caracterización sicológica de los personajes en especial la tercera, Celestina, cuyo antecedente original se halla en Ovidio, la novedad artística respecto a la comedia humanística, en la que semeja inspirarse, y la carencia de antecedentes y de continuadores a su altura en la literatura occidental, han hecho de La Celestina una de las obras cima de la literatura de España y universal. La obra empieza cuando Calisto ve de casualidad a Melibea en el huerto de su casa, donde ha entrado a buscar un halcón suyo, pidiéndole su amor. Esta lo rechaza, mas es ya tarde, ha caído violentamente enamorado de Melibea. Por consejo de su criado Sempronio, Calisto recurre a una vieja ramera y ahora alcahueta profesional llamada Celestina quien, haciéndose pasar por vendedora de artículos diferentes, puede entrar en las casas y de esa forma puede actuar de celestina o bien concertar citas de amantes; Celestina asimismo dirige un prostíbulo con 2 pupilas, Areúsa y Elicia. El otro criado de Calisto, Pármeno, cuya madre fue profesora de Celestina, procura disuadirlo, mas acaba menospreciado por su señor, al que solo le importa satisfacer sus deSeos, y se une a Sempronio y Celestina para explotar la pasión de Calisto y repartirse los regalos y recompensas que genere. A través de sus habilidades dialécticas y la promesa de lograr el favor de alguna de sus pupilas, Celestina se atrae la voluntad de Pármeno; y a través de la magia de un conjuro a Plutón, unido a sus habilidades dialécticas, consigue también que Melibea se enamore de Calisto. Como premio Celestina recibe una cadena de oro, que va a ser objeto de discordia, puesto que la ansía la lleva a negarse a compartirla con los criados de Calisto; estos acaban asesinándola, por lo que se marchan presos y son ejecutados.Las rameras Elicia y Areúsa, que han perdido a Celestina y a sus amantes, traman que el bravucón Centurio asesine a Calisto, mas este realmente solo armará un alboroto. Mientras que, Calisto y Melibea disfrutan de su amor, mas al escuchar la agitación en la calle y pensando que sus criados están en riesgo, Calisto brinca el muro de la casa de su amada, cae y se mata. Agobiada Melibea, se suicida y la obra acaba con el lloro de Pleberio, padre de Melibea, quien lamenta la muerte de su hija