Martín de Riquer y José María Valverde, en su Historia de la literatura universal, tomo I, examinan de este modo a nuestro autor: "Componente en el partido de César, el historiador Cayo Salustio Crispo (ocho mil seiscientos treinta y cinco a. de C.) ... fue hombre poco agraciado en el desempeño de cargos políticos y militares, administrador indecente y se enriqueció sin escrúpulos. En sus escritos, en cambio, hace gala de una recia parquedad moralizadora, pinta con negros colores la inmoralidad de la temporada y se recrea en hacer destacar los vicios de la aristocracia, por la que siente una franca animadversión tanto por sus ideas políticas como por su origen plebeyo. Retirado de la vida pública, y disfrutando de las riquezas que acaparó en el ejercicio de aquella, Salustio escribe 2 pasmantes monografías sobre hechos históricos que vivió de cerca: La conjuración de Catilina (De coniuratione Catilinae) y La guerra de Yugurta (Bellum Iugurtinum). En la primera, con un robusto arte de escritor, pinta la corrupción de Catilina y la desmoralización de la aristocracia, y hace derivar tristes hechos históricos de aquellas causas morales (...) Salustio es un historiador que da un fuerte dramatismo a sus relatos, que examina psicológicamente a los personajes que describe, que insiste con apasionado calor en acontencimientos de los que puede extraer consecuencias que le resultan de interés y que siguiendo el estilo de Tucídides, historiador al que expresamente imita, intercala en el relatos parlamentos inventados mas que reflejan una verdad histórica en los que su prosa adquiere una vivacidad sorprendente. Ora sentencioso, ora poético, áspero y enérgico, Salustio es un escritor personalísimo, con su bilis, sus prejuicios y su peculiarísimo carácter, que tan diáfanamente se trasparenta en su robusta prosa." Mas exactamente uno de los aspectos más interesantes (y que la hace muy actual) sea el carácter propagandístico y político de esta obra. Ya lo había expresado el enorme Theodor Mommsen, que en su monumental Historia de la ciudad de Roma, se refirió de esta manera a nuestro autor: "Me refiero al Catilina de Salustio, escrito por un cesariano de profesión, y publicado en el año setecientos ocho, ya a lo largo de la regencia de César, ya a lo largo del triunvirato de sus hombres. Este libro es una defensa política. En él, el creador habla al honor del partido democrático, que era ya el fundamento de la monarquía romana. Se empeña en lavar la memoria de César de una mácula negra y en enseñar blanco como la nieve al tío del triunviro Marco Antonio, lo mismo que en Yugurta Salustio había querido presentar a las claras las miserias del régimen oligárquico y festejar a Cayo Mario, el corifeo de la democracia. Del hecho de que como escritor hábil supiera disimular sus tendencias apologéticas o bien inculpadoras, no se prosigue en forma alguna que sus libros, por mucho que sean fenomenales, dejen de tener cierto espíritu de partido." Y esto va a ser patente cuando analice y reconstruya los sucesos de una manera muy diverso al de Salustio..