La capacitación de la tierra – Biblioteca Salvat El origen de la Tierra y su evolución a lo largo de millones de años hasta adquirir las peculiaridades que nos son familiares forma una temática de incuestionable interés. Con objeto de empezarnos en exactamente la misma nos dirigimos al maestro S. K. Runcorn. ¿De qué forma se formó la Tierra? Las primeras ideas sobre la capacitación de la Tierra sugerían que se había producido desde una esfera gaSeosa que al comienzo se había enfriado y licuefactado y después, seguramente, se había coagulado. Esto se conoce bajo la denominación de “origen caliente de la Tierra”. Desde entonces se pensó que esto era cierto, en parte a raíz de razones geológicas, puesto que podían verse las erupciones de lava provenientes de la Tierra y, por ende, comprobar que el interior del planeta era caliente; ya antes del descubrimiento de la radioactividad, se suponía que este calor estaba presente dentro del globo terráqueo en el instante de su capacitación. La otra razón por la que se aceptaba el “origen caliente” de la Tierra procedía de la hipótesis que esta y el resto planetas eran, en un comienzo, gases encerrados en una estrella, el Sol. Todo esto ha alterado en los últimos tiempos, primero pues el descubrimiento de la radioactividad ha probado que la Tierra podía haber sido fría al comienzo y haberse calentado después hasta lograr las elevadas temperaturas internas actuales en el trascurso de miles y miles de millones de años. Después, los astrónomos descubrieron grandes nubes de polvo en el Cosmos. Así, y de forma natural, se creyó que el Sol y la totalidad del sistema solar se habían formado desde una nube de polvo, por condensación. Esto mereció una aceptación general a propósito de la teoría de la acumulación (accretion theory), conforme la que en un comienzo el Sol se formó por condensación debida a la gravitación; después, la nube de polvo que viraba alrededor del primer Sol se fraccionó en pedazos que, por acumulación, formaron los planetas. Esta idea ha sido por norma general admitida por múltiples razones. Por ejemplo: la Luna ha sufrido poquísimos cambios, puesto que en ella no existen las fuerzas de erosión de la Tierra. ¿Podemos servirnos de los meteoritos para ahondar en el conocimiento de la estructura interna de la Tierra? Sí. Históricamente, merced a los elementos logrados de los meteoritos se ha podido plantear aquel modelo de la Tierra con un núcleo de hierro rodeado de una capa de silicatos de hierro y magnesio