La Historia de Honduras, 2da Edición Rolando Zelaya y Ferrera A nuestros afables lectores deSeo darles una efusiva bienvenida a la segunda edición de las Lecturas para entender la historia de Honduras. Es esencial resaltar el porqué del título del presente libro, el que tienen en sus manos, Lecturas para entender la historia de Honduras, y es que, curiosamente, cuando escucha­mos relatos sobre la historia de Honduras, pensamos en 2 cosas que no son necesa­riamente lo mismo. Por una parte, los cuentos o bien las “perras”de los viejos, mismas que carecen de un sustento científicocomprobable, mas que entretienen; y por otro, ese conocimiento teorético desarrollado, estudiado y analizado anteriormente por los especialistas de la materia (historiadores), que fundamentan sus revelaciones en las fuentes que acreditan la veracidad o bien no de los hechos pasados, lo que al final le deja al ciudadano conocer, identificarse y dilu­cidar la verdad sobre el pasado histórico de su país, o bien sea… ¡lo más desganado que alguien pueda imaginarse! ¿Es por este motivo que absolutamente nadie agrada de la historia en Honduras? Esa no es la única razón. Se nos enseñó desde pequeños a visualizar la historia escolásticamente, como una disciplina dedicada al estudio de sucesos, la que, más que ser reveladora por su carácter científico, nos explica acontencimientos de conformidad a la recolección de datos, que en su mayor parte fueron compilados de forma gráfica y no analítica por una serie de profesionales de distintas áreas como profesores, abogados, cronistas, doctores, ingenieros, entre otros muchos, muy acuciosos y también interesados en conocer la historia de Honduras, y si bien loable su aporte, lastimosamente su trabajo se fundamentó, en la mayoría, en una narrativa de tradición oral, que pasaba de una generación a otra o bien en fuentes de segunda y tercera mano. El conocimiento memorístico en historia fue la llave pedagógica por antonomasia, y la reiteración que asesina a la psique analítica, nuestra llave de éxito. Se nos forzó a leer y memorizar nombres y datas, genealogías, acontencimientos y lugares, mas sin utilidad práctica para la vida hoy día. Una historia historizante. De ahí que, leer en Honduras y el resto de Latinoamérica es cosa de la inquisición medieval, una tortura inventada por algún lingüista frustrado que, ante su incapacidad de sobresalir en su disciplina, decidió redactar para obligar a otros a leer lo que se escribe. Solamente distanciado de la verdad, mas con nuestros sistemas educativos, esto semeja ser poco a poco más cierto