Significativo título, por la sugestión poética que supone, el de La luna ha entrado en casa. En el libro, de manera decidida, entra la luna asimismo, anegando susde suave, mas firme luz, que dilucida paisajes interiores y siluetea pasiones. Con lo que tratamos de dar a comprender que el valor poemático de la novela se fortalece con el interés sicológico. No es moco de pavo lograr una buena mezcla al respecto. La poesía tiene mucho de vaguedad y misterio, al tiempo que la sicología precisa del dato claro y preciso: mucha observación y, experiencia, que es lo que da contenido justamente a las formas poemáticas de la obra, quedando con tiento resuelta la complejidad apuntada.La luna ha entrado en casa es una enorme metáfora encarnada en realidades muy corporales. La luna opera así; alumbra las cosas, transfigurándolas, con menos veracidad que el sol, preparado en cualquier instante a descubrirlo todo. De ahí que, la luna es numen típicamente romántico, de puro sentimental. Y de ahí que asimismo, dado el género de inspiración a que responde la obra, agradamos más de la primera mitad, por el predominio del doble factor líricopsicológico, que de la segunda, en que se atraviesan elementos de alta mística y de ciencia experimental que desvían un tanto la atención. No es que la luna sea exactamente protagonista, como cabe decir en lenguaje figurado, mas sí que todos y cada uno de los personajes y la acción misma experimentan su influjo. La "poderosa confluencia" como el creador afirma, por boca de Antonio del Amor y la Luna, intoxica a los seres en los términos a que sirven de ejemplo las 5 o bien 6 criaturas que José Félix Tapia maneja con singular habilidad. Ninguna criatura tan viva y humana quizás como la Baltasara. Santurrones o bien lunáticos, todos nos resultan de interés, comenzando por Adela, y en la prosa ajustada, transparente, con algo de velo además lunar, en sus mejores instantes reside un atrayente más de esta original novela